Quejas de olores y malestares por funeraria en Pico Union

Algunos residentes aseguran percibir malos olores y una activista teme por la salud de los vecinos del lugar por la liberación de mercurio, plomo y cadmio

Los vecinos de Pico-Union se quejan de olores extraños que emanan de la funeraria Dae Han Mortuary.

Los vecinos de Pico-Union se quejan de olores extraños que emanan de la funeraria Dae Han Mortuary. Crédito: Ciro César / La Opinión

Olores nauseabundos, cenizas y hasta lo que podrían ser cabellos de cadáveres llegan con el viento a la casa de Mirna Espinoza.

Por 20 años, cuenta, así se ha enterado su familia de la incineración de cuerpos en la funeraria que está a la par de su vivienda. “Dan ganas de vomitar”, asegura.

Su vecina, Ana Zambrano, de 75 años y originaria de El Salvador, también percibe el aroma desagradable y cree que es la razón del intenso dolor de cabeza que le viene tres veces por semana y que incluso la ha enviado al médico. “Podría ser la causa, porque uno respira todo eso”, dice.

Al señor Eliseo Castañeda, quien por 20 años ha vivido a unos pasos de la funeraria, se le manifiesta una tos extraña y la atribuye a las incineraciones. “Se siente aquí”, comenta tocándose la garganta.

Decenas de residentes de Pico-Union, un barrio latino de Los Ángeles, han tenido por décadas un vecino incómodo: la funeraria Dae Han Mortuary, que atiende a la comunidad coreana. De hecho, ésta llegó primero que ellos. Desde 1905 tiene el permiso para operar en el 1605 de la calle Catalina.

Sus constantes quejas han logrado que agencias del gobierno pusieran la lupa sobre las actividades del negocio, derivando en la negación de permisos para extender sus instalaciones, embalsamar cuerpos y realizar velatorios.

Todas las regulaciones se han verificado y cumplido, según distintas dependencias del condado y el Ayuntamiento consultadas para este reportaje. Hasta ahora, tras un acuerdo con la Procuraduría Municipal, sólo se permiten las cremaciones en el lugar.

Pero hay algo que no huele bien en el área y que se resume en esta pregunta: ¿son una amenaza a la salud las emisiones de mercurio que provienen de las amalgamas dentales de los cuerpos incinerados?

La controversia se debe a que la Agencia de Protección al Ambiente (EPA) no regula las emisiones de las funerarias por considerar que la cantidad de mercurio que emana de éstas fue menor a una décima parte del total detectado en un análisis nacional de 2008.

Las emisiones del metal fueron de 0.59 toneladas en todo el país. La conclusión es que los restos humanos no son “residuos sólidos”.

“EPA no tiene planes de regular los crematorios en este momento”, indicó la entidad federal.

En tanto, se pronostica que haya más de un millón de incineraciones en 2015, 10% más que en 2007.

La industria dice estar consciente de este reto ambiental, pero se niega a remover las placas dentales para no deformar el rostro de los difuntos. La Asociación de Crematorios de Norteamérica (CANA) cita este dato a su favor: “el uso de amalgamas dentales de plata está en un declive significativo”.

Al momento, el único filtro oficial es exigir una temperatura mínima en los crematorios “para asegurar la combustión completa y minimizar los posibles olores y las emisiones visibles”, explica Sam Atwood, vocero del Distrito para el Manejo de la Calidad del Aire de la Costa Sur (SCAQMD), entidad encargada de dicha tarea. Ellos tampoco detectaron problemas en Dae Han Mortuary.

Tia Severino, fundadora de la Red de la Consciencia Comunitaria (CAN), con sede en Atlanta, asegura que esta evaluación no es suficiente y alerta que, en tanto, sigue en riesgo la salud de los residentes.

La activista teme que los malestares de los vecinos de Pico-Union estén relacionados con la liberación de mercurio, plomo y cadmio (causantes de cáncer de pulmón, problemas respiratorios y nerviosos) tras la incineración. “Deberían hacerse pruebas de metales pesados”, expresó.

A Raúl Claros, un activista que ha llevado el caso a distintas instancias, no le quedan dudas de que el negocio está enfermando a la gente. “Los doctores les han dicho a estas familias que deben mudarse”.

Ni el Departamento de Salud Pública del condado de Los Ángeles, ni el de Servicios de Salud, quisieron comentar al respecto. En la ciudad, ahora el asunto lo maneja el Departamento de Construcción y Seguridad (LADBS), que no está relacionado con el monitoreo sanitario.

“Ya que este es un asunto pendiente con la Ciudad no puedo dar otro comentario en este caso en particular”, señaló un representante de la funeraria Dae Han Mortuary.

La oficina del concejal Gil Cedillo, representante del área, indicó que en las últimas semanas ha dado cause a todas las inquietudes de los vecinos, excepto las relacionadas con su salud. “Nos gustaría seguir conversando con la comunidad para ver otros problemas”, señaló Ana Gómez, asistente del edil.

La señora Mirna Espinoza dice que las incineraciones han bajado en los últimos años, pero no el hedor. Por eso todos los días se encierra a piedra y lodo. “Creo que sí es necesario ir al doctor, pero no he ido”.

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