“Frozen” es una verdadera delicia animada

Crítica de cine: El nuevo filme animado de Disney es ya un clásico instantáneo de la compañía, una verdadera lección de cine.

“Frozen” recupera lo mejor de los clásicos musicales de animación

“Frozen” recupera lo mejor de los clásicos musicales de animación Crédito: AP

Los primeros cinco minutos de “Frozen” —que suceden al son de la canción “Frozen Heart”— dejan algo claro de inmediato: no estamos ante un producto más en el género de la animación.

2013 no ha sido un buen año para el mismo. Salvo por contadas excepciones (caso de los cortos animados “The Blue Umbrella” y “Get a Horse”, éste previo al filme que aquí se comenta), algunos títulos sí han logrado un considerable éxito comercial. Pero eso es todo lo que se recordará de ellos en unos años.

Lo que esas primeras imágenes de “Frozen” –de las que antes hablaba– revelan no es más que un afán de recuperar la magia del cine animado tradicional, aquel que, en décadas recientes, entregó obras maestras como “Beauty and the Beast”, “The Lion King” o “The Hunchback of Notre Dame”. El resto de la película no decepciona.

La historia sigue a dos hermanas, Anna (voz de Kristen Bell) y Elsa (Idina Menzel): la primera feliz y jovial, la segunda afectada por un poder que le permite convertir todo aquello que toca en hielo. Pero ese poder es también su maldición. Encerrada en su propio castillo helado, Elsa se aísla del mundo hasta que Anna, acompañada de un aguerrido aventurero, Kristoff (Jonathan Groff), y un muñeco de nieve, Olaf (Josh Gad), que sueña con el verano y el calor, decide que es momento de rescatarla y regresarla a su reinado de Arandelle.

Hay numerosos elementos interesantes en “Frozen” que pueden pasar desapercibidos y que merecen especial atención (la música y canciones no es uno de ellos: están, afortunadamente, omnipresentes).

El más destacado es, sin duda, la persistencia de los autores del filme en dejar claro que esta es una película protagonizada por mujeres con poder de decisión, que no buscan a su príncipe y que son capaces de resolver sus problemas por ellas mismas.

Y luego está, por supuesto, la extraordinaria labor de animación, un trabajo cumbre que alcanza un preciosismo visual sin comparación.

Pero si hay algo que merece un aplauso unánime en “Frozen” es la banda sonora, en especial, las canciones escritas por Robert López y Kristen Anderson-López, marido y mujer (el primero autor de los temas de musicales como “The Book of Mormon” y “Avenue Q”).

Los dos ofrecen melodías maravillosas (la impactante “Let It Go”, la hilarante “In Summer”, la encantadora “Do You Want to Build a Snowman”).

El resultado, en conclusión, es un clásico instantáneo de Disney. Otro más que añadir a una lista ilustre.

Siga a Josep Parera en Twitter: @josepopinion

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