Liberan a sospechosos de bombas de hielo seco en LAX
Dicarlo Bennett y Miguel Angel Iñiguez, sospechosos por las explosiones de hielo seco en el Aeropuerto Internacional de Los Ángeles fueron puestos en libertad condicional
Dos hombres que desataron el pánico en el Aeropuerto Internacional de Los Angeles el pasado otoño mediante la activación de las llamadas bombas de hielo seco fueron sancionados a tres años de libertad condicional y 480 horas de servicio a la comunidad, reporta LA Times.
Dicarlo Bennett, de 29 años, y Miguel Angel Iñiguez, de 41 años, se declararon no culpables de un cargo de delito grave de posesión de un dispositivo destructivo en relación con dos bombas que explotaron en el cuarto de los empleados en la Terminal 2 y en una zona asfaltada en otra terminal, en octubre de 2013. Un tercer dispositivo no detonó.
Iñiguez trabajó para Servisair y fue el supervisor de Bennett.
El abogado de Bennett, Ben Wasserman, le había dicho a LA Times que su cliente recibió el hielo seco de la bodega de carga de un avión para proteger a un perro que se estaba cargando.
“Él y otros estaban preocupados porque los vapores del hielo seco pudieran matar al perro”, dijo Wasserman.
La intención de Bennett no era hacer un dispositivo destructivo o herir a nadie, agregó Wasserman.
No se reportaron heridos en ninguno de los incidentes. En ese momento, el jefe del LAPD Charlie Beck describió los dispositivos como “más un dispositivo que causa ruido que un dispositivo que causa daños.”
La policía previamente había dicho que no creia que las explosiones fueron un acto terrorista, debido a la ubicación de los dispositivos y porque los ataques no parecían dirigidos contra personas.
Nadie resultó herido en ninguno de los incidentes, aunque algunos vuelos se retrasaron.