Papá de Aburto ya no quiere hablar
Cada año, antes de cumplirse el aniversario de la muerte de Luis Donaldo Colosio, don Rubén Aburto solía atender y hasta contactar a la prensa para hablar en defensa de su hijo Mario Aburto, sentenciado a 45 años de cárcel por el asesinato del candidato presidencial del PRI.
Al cumplirse 20 años del asesinato ocurrido en Lomas Taurinas de Tijuana, don Rubén, casi por entrar a las siete décadas de vida, parece estar cansado y ya no quiere hablar.
“Todos los años es lo mismo, les doy entrevistas, hablo de esas experiencias traumáticas y no pasa nada, mi hijo sigue en la cárcel, juzgado y sentenciado indebidamente”, comentó vía telefónica desde su casa en Long Beach.
Don Rubén Aburto ha vivido en California desde hace tres décadas. Cinco de sus hijos, incluyendo a Mario Aburto, vivían en Tijuana con su esposa María Luisa.
Era una familia dividida que, de acuerdo con el análisis psicológico que se hizo de Mario Aburto, le habría provocado un resentimiento de odio hacia la figura paternal o de autoridad.
Pero don Rubén tampoco quiere hablar de eso y evade la entrevista. “No tengo tiempo”, dice. “Tengo un familiar enfermo”, justifica.
Asegura que desde hace meses no ha tenido comunicación con su hijo, ni telefónica ni por las cartas que solía enviar.
“Ni siquiera sé dónde está, la última vez estaba en una cárcel de Tabasco, no sé dónde lo tiene el Gobierno”, agregó.