Acusa a ICE de darle una paliza

Inmigrante alega que lo golpearon y confinaron por no firmar papeles

Una brutal golpiza cuando se resistió a firmar papeles de deportación y cinco meses en una celda de aislamiento es lo que alega le hicieron, Fernando Figueroa-Barajas, un joven inmigrante de 21 años y residente de Mississippi, luego de ser detenido por manejar sin licencia en septiembre de 2013.

De hecho, el incidente que alega el joven mexicano, se ha convertido en una demanda presentada hace unos días ante un tribunal federal de Louisiana, contra autoridades locales de la Oficina de Inmigración y Control de Aduanas (ICE). La demanda alega violaciones a los derechos constitucionales de Figueroa-Barajas, incluyendo interrogación coercitiva, paliza brutal y negación de tratamiento médico, entre otras.

Según la demanda, la paliza sucedió inmediatamente después del arresto, cuando agentes de ICE recogieron al joven de manos de la Policía local, le informaron que tenía una deportación previa y le conminaron a firmar unos documentos. Figueroa-Barajas se resistió, pidió ver un abogado y entonces, según explica la demanda, un agente “le tomó por el pelo y forzó su cabeza contra la superficie que tenía delante”.

El abogado Andrew Free, de Nashville, Tennessee, indicó que después de este y otros incidentes descritos en la demanda, el joven fue finalmente trasladado a un centro de detención, donde alegaron que tenía comportamiento suicida y lo encerraron en una celda de aislamiento. Allí pasó cinco meses hasta ser liberado, recientemente, de dicha celda.

Sin embargo, el joven aún está detenido en un centro administrado por el Geo Group en Jena, Louisiana.

Free indicó que ICE debería liberar a su cliente en base a una directiva interna de la agencia. Portavoces de ICE no devolvieron mensajes ni emails pidiendo una declaración a este respecto.

En Pascagoula, Mississipi, esperan a Fernando, su esposa Aunaly, de 19 años y la familia de esta, incluyendo su suegra Alicia Allen, quien deploró, como ciudadana estadounidense, el trato que se alega ha sufrido el joven.

“Fernando es como mi propia sangre”, dijo Allen. “Pero más allá de esto, no veo justificación alguna para dar este tratamiento tan degradante a una persona por el simple hecho de no tener papeles. No tiene ningún sentido para mí todo esto”.

Su joven esposa indicó que Fernando es muy trabajador y querido por su comunidad. Su sobrinita de dos años, hija de su hermana Christina, le llama tío y está muy apegada a él, dijo.

“Es una persona buena que no le haría daño a una mosca. Es totalmente innecesario tenerlo allí encerrado”, dijo la joven.

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