¿Mi perro me ama? (really)
Cualquier dog-person respondería a esta pregunta con un sí rotundo: hay una conexión entre un perro y su humano que se parece más al amor que a una simple identificación biológica de quien da de comer y saca a pasear.
Pregunto pues: ¿tu perro te ama? Sin chistar, puedes responder que sí, gracias a las investigaciones realizadas por Greg Berns, neurocientífico de la Universidad de Emory. Te cuento: el doctor Berns realizó una resonancia magnética funcional (fMRI) en una muestra de perros para analizar qué ocurría en su cerebro al ser sometidos a diferentes estímulos.
Los perros experimentaron un pico de actividad cerebral en el núcleo caudado –un área del cerebro relacionado con las emociones- al olfatear trapos con el olor de sus humanos. No ocurrió lo mismo cuando olfatearon el olor de personas ajenas. Su cerebro canino también reaccionó a la aparición de los dueños en la sala donde se realizaba el estudio; no así cuando entraron personas extrañas.
Berns interpretó los resultados comparando la actividad cerebral de los humanos cuando sienten amor por alguien: “En un nivel básico, creemos que los perros experimentan emociones de manera similar a como lo hacen los humanos”. Además hay que dar crédito al doctor y a su equipo porque entrenaron a los perros durante meses para lograr que se quedaran quietos 30 segundos dentro del túnel del aparato que realiza la resonancia y se las ingeniaron para que los caninos no se asustaran con el ruido del fMRI.
Tal vez lo mejor sea lo que motivó al doctor Berns a realizar la investigación para luego detallarla en su libro How Dogs Love Us: cuando Newton, el pug del neurocientífico murió, Berns quiso saber si su perro lo había amado tanto como él amó a su mascota. Su duda, quedó resuelta.