Editorial: Inmigración es la ‘piñata’ de los republicanos
Como no necesitan a latinos en esta elección, la estrategia es el ataque a la reforma
Dos años en la política es una eternidad que permite las piruetas más contradictorias con tal de ganar una elección, el mejor ejemplo son los Republicanos con la inmigración.
La reelección del presidente Barack Obama en 2012 llevó al presidente del Comité Nacional Republicano, Reince Priebus, a declarar en un documento/autopsia de la elección la importancia del voto latino y el papel destacado que juega la inmigración en la estrategia para atraer este votante al campo Republicano.
“Debemos abrazar y ser los campeones de la reforma integral de inmigración…Si los hispanoamericanos escuchan que el GOP no los quiere en Estados Unidos, ellos no van a escuchar nuestra próxima oración”, decía el documento.
Hoy, a menos semana de la elección, la estrategia de Preibus es completamente distinta. Una acción ejecutiva de Obama sobre inmigración es “inconstitucional, ilegal y no la apoyamos…está mal y es antiamericano…no hay una molécula en mi cuerpo que esté de acuerdo con la amnistía ejecutiva del presidente”, dijo Priebus el lunes a un grupo de activistas del Tea Party.
Los votantes latinos ahora no son necesarios para los Republicanos, a menos que sea para atizar el fuego conservador, atacando sus prioridades de la peor manera.
Si hace dos años la preocupación era no ofender a los hispanos, mostrando interés por su prioridad —definida por los mismos Republicanos como la inmigración— hoy es válido usarlos como una piñata para motivar a los conservadores.
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Es trágico que la estrategia de Priebus de convertir la inmigración en el enemigo la estén usando numerosos candidatos Republicanos.
El argumento dice que solo están en contra de la política migratoria de Obama; en realidad se oponen hasta a lo más básico como es la extensión a los ‘soñadores’. Hay una gran hipocresía compartida por todos aquellos que ayer han respaldado una reforma comprensiva y hoy apoyan a candidatos y políticos que se oponen a ella.
Para Priebus la diferencia es solo de palabras, para muchos latinos es una cuestión de vida y de futuro. Esperamos que también sea de memoria, para que los votantes recuerden en dos años quien se benefició golpeándolos.
