En Colombia están robando pelo
Hace un par de semanas una amiga mía, compatriota “rola” (como nos dicen a los nacidos en Bogotá), publicó una noticia sobre como a una chica le habían robado su pelo en la capital. Como desde que tengo memoria la prensa no ha hecho otra cosa que pegarse de razones (reales o ficticias) para hablar mal de mi país, no le día mayor atención. Par de semanas después el caso aislado se ha convertido en una nueva modalidad de robo y las chicas de la capital colombiana anda paranoicas con que están robando pelo.
El miércoles de la semana pasada se regó como pan caliente entre mis contactos de Facebook, la foto de un mechón castaño de pelo con una larga descripción en la que se les pedía a las chicas bogotanas tener mucho cuidado con su cabellera. La víctima del intento de robo en un bus de transporte público fue una estudiante de la Pontificia Universidad Javeriana. Sólo sintió un jalón en la a cabeza y alcanzó a reaccionar quedándose con un mechón de pelo en su mano, mientras la ladrona huía, bajándose del bus.
Do semanas antes y en casos separados, dos chicas bogotanas relataron haber sido asaltadas por un par de mujeres armadas con puñal y un par de tijeras para corte profesional. La policía Colombiana dice que esta modalidad de robo ha ido en aumento en ciudades como Medellín, Cali y Bucaramanga, así como países vecinos como Venezuela, Ecuador y Perú. Pero, ¿por qué robar pelo? ¡Por que vale!, según el diario El Tiempo el metro de preciado cabello se valora entre los $350,000 y $400,000 pesos colombianos (entre $135 y $155 dólares).
A pesar de la denuncia formal de más de 10 casos de robo de pelo en distintas ciudades colombianas, la policía insiste en que se trata de casos aislados y no de una banda de atracadores (si, como no). Además de mostrar las falencias económicas del país, el robo de pelo deja en evidencia el poco peso e importancia que las autoridades dan a este tema, que más que un asunto de belleza, se trata de una agresión física contra las mujeres y un evidente problema de seguridad. ¿Será que ahora les tocará a las colombianas raparse la cabeza o taparse el pelo por la falta de atención de las autoridades?