Familia de niño que policía mató en Ohio pide justicia

Washington —  La familia del niño negro Tamir E. Rice, fallecido en noviembre pasado, exigió hoy a la ciudad de Cleveland (Ohio) que haga justicia y acelere la investigación sobre el policía blanco que supuestamente confundió la pistola de juguete que portaba el menor con un arma de verdad y le disparó.

“No he recibido ninguna disculpa del Departamento de Policía ni de la ciudad de Cleveland por la muerte de mi hijo. Y eso duele”, dijo la madre del joven, Samaria Rice, en una rueda de prensa frente al Centro de Justicia de Cuyahoga (Ohio), edificio que alberga al Ayuntamiento, la Policía y la Corte de ese condado.

Rice, de solo 12 años, se encontraba en un parque jugando con un arma de juguete, que imitaba a un pistola semiautomática, cuando llegaron dos agentes alertados por la llamada de un vecino que aseguraba que un joven estaba apuntando a los viandantes con lo que parecía un arma de fuego.

Según la Policía de Cleverland, los agentes llegaron al parque y pidieron al joven que levantara las manos, pero él se llevó las manos a la cintura y sacó el arma, lo que hizo que uno de los policías, Timothy Loehmann, le disparara dos veces, una en el abdomen y otra en el pecho.

Loehmann y su compañero, Frank Garmback, pidieron a finales de abril al juez federal encargado de investigar lo ocurrido que paralice el proceso judicial, abierto desde que, en diciembre, la familia de Tamir los denunciara por la muerte de su hijo.

Los agentes quieren que este proceso se suspenda hasta que, la Oficina del Sheriff de Cuyahoga, decida si son responsables de cargos criminales por disparar al joven en un proceso de investigación paralelo.

Una vez que la Oficina del Sheriff concluya sus investigaciones, un gran jurado sería el responsable de decidir si los agentes deben de ser imputados y enfrentarse a un proceso criminal.

La familia reaccionó hoy interponiendo una demanda para que el proceso judicial siga adelante y argumentando que detener el caso perjudicaría gravemente a la madre, que se ha mudado a un albergue para personas sin hogar porque “no puede vivir cerca del lugar donde su hijo fue asesinado”.

En la demanda, la familia alega que Rice fue disparado “un segundo” después de la llegada de los policías y que “en ningún momento se le dio oportunidad de cumplir con las órdenes verbales”, que la Policía asegura haber dado al joven para que levantara las manos, pero que la familia niega.

El nombre de Tamir Rice se encuentra dentro de los recientes casos de muertes de afroamericanos a manos de policías blancos en circunstancias controvertidas en diferentes partes del país, como Michael Brown en Ferguson (Misuri), o Eric Garnet en Nueva York.

El caso más reciente es el de Freddie Gray en Baltimore (Maryland), quien falleció el 19 de abril tras sufrir graves heridas en su columna cuando estaba bajo custodia policial, lo que provocó la semana pasada graves disturbios en esa ciudad.

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