Hispanos, vulnerables ante peligrosa toxina de pescado
Aunque Florida presenta mayor cantidad de casos, también se ha presentado intoxicación por ciguatera en otros estados del país
Atlanta – Entre otros efectos, el aumento de la temperatura del mar genera peligrosas consecuencias en el ecosistema y en las especies que lo habitan, y que son consumidas por los humanos.
Según la agencia EFE, el número de personas en Florida infectadas por la peligrosa toxina ciguatera, presente en la barracuda y otros pescados tropicales, es mayor de lo anticipado y afecta en mayor proporción a los hispanos, debido a las preferencias culturales de consumo de este tipo de peces.
“Encontramos que parece haber muchos más casos de ciguatera que los reportados al Departamento de Salud de Florida, enfermedad que por ley debe ser reportada una vez que es diagnosticada en Florida”, dijo a EFE Elizabeth Radke, principal autora del estudio.
Los investigadores estimaron que la incidencia anual de envenenamiento por ciguatera es de cerca de 5.6 casos por cada 100,000 personas, lo que supera significativamente la anterior estimación de 0.2 casos por cada 100,000 que manejan los médicos al Departamento de Salud de Florida.
El estudio, dado a conocer en la última edición del American Journal of Tropical Medicine and Hygiene, encontró que los registros de salud pública subestiman significativamente el número de personas afectadas por la rara toxina presente en especies de pesca deportiva comunes en Florida, como la barracuda, el mero y la seriola.
La investigación, del Instituto de Patógenos Emergentes de la Universidad de Florida y el Departamento de Salud de Florida, apunta como una de las razones de esta disparidad a que muchas personas que padecen la enfermedad no acuden al médico para tratarla o muchos médicos que atienden estos casos no informan a las autoridades.
La zona de Miami y los Cayos de Florida están especialmente afectadas, de acuerdo con la investigación que apunta a las altas temperaturas del agua como una de las principales razones.
Hispanos en riesgo
Asimismo, el reporte señala que la mayoría de los casos de ciguatera analizados en el reporte eran entre hispanos, presuntamente por una “preferencia cultural” a consumir barracuda en esta comunidad.
“Vimos que los hispanos tenían un mayor riesgo en nuestro estudio en comparación con otros grupos y creemos que es debido a una preferencia cultural por consumir barracuda. Es algo que definitivamente se tiene que tener en cuenta al momento de informar a la comunidad sobre los riesgos”, dijo.
La enfermedad, que causa fuertes náuseas, vómitos y en algunos casos síntomas neurológicos, es transmitida por una toxina que producen las algas en aguas cálidas. El envenenamiento por ciguatera es la forma más común de intoxicación alimentaria relacionada con el consumo de pescado en el mundo.
La toxina se encuentra en un tipo de algas que crece en arrecifes coralinos en aguas cálidas de los trópicos y subtrópicos, especialmente en el Caribe, los océanos Pacífico e Índico y en Centroamérica, indicó Radke.
La investigadora apuntó que el informe confirma la importancia de evitar el consumo de barracuda, mero, seriola, pez puerco, pargo, caballa y dorado pescados en zonas tropicales.
“Hay conciencia extendida de que cuanto más al sur, las barracudas son portadoras, pero quizá no tanto de que un pez como el mero o la seriola pueden tener también ciguatera”, aseveró Radke. Si bien la mayoría de los casos se dan en Florida, la investigadora señaló que el calentamiento de las aguas en los últimos años ha propiciado la migración de la ciguatera a zonas costeras al norte.
“Se ha informado de casos tan al norte como Georgia o Carolina del Sur, pero probablemente tuvo que ver con peces que habían ingerido la toxina en el Sur de Florida o el Caribe y habían migrado al norte”, dijo Radke, que destacó la necesidad de observar este patrón.
El Departamento de Salud de Florida recomienda acudir al médico a quienes presenten síntomas que apunten a una posible intoxicación por ciguatera y, de ser posible, conserven restos del pescado consumido para su posible análisis, advirtió la investigadora.