Editorial: Libertad para las familias detenidas

Es injusto tenerlas encerradas para que sirvan de ejemplo para disuadir a otros inmigrantes

Un reporte reciente muestra que inmigrantes detenidos viven en pésimas condiciones.

Un reporte reciente muestra que inmigrantes detenidos viven en pésimas condiciones. Crédito: John Moore | Getty Images

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El encierro de madres y menores de edad, que vinieron huyendo de la violencia de sus países, es una violación al Acuerdo Flores que por 18 años ha guiado el trato que reciben los menores en manos de las autoridades de inmigración. El argumento de la administración Obama que esta política sirve para disuadir el arribo de más inmigrantes no justifica la continuación de lo inapropiado.

El jueves pasado el Departamento de Estado respondió a la jueza federal Dolly M. Gee, que en junio pasado había determinado que el trato recibido por niños y madres no seguía el Acuerdo Flores por “las condiciones atroces en las celdas de detención” que no cumplían con las exigencias de “seguridad y sanitarias” establecidas en el acuerdo. La magistrada ordenó el cierre de los centros de detención a menos que haya una buena razón para seguir abiertas.

El argumento del gobierno federal combinó la mencionada política de castigar a unos, poniéndolos como ejemplo para que no vengan otros, con cuestiones burocráticas de procesamiento de detenidos.

Debe quedar en claro que es inaceptable que haya madres y menores detenidos en malas condiciones para ser usados como desaliento de otros inmigrantes. Al ver de los observadores legales muchas de estas familias tienen historias que justifican el asilo, sin embargo en vez de ser consideradas por sus casos individuales, su maltrato es usado como decoración para asustar y disuadir en una vidriera que mira al sur.

El Departamento de Seguridad Interna (DHS) dijo hace unos meses estar revisando sus políticas con respecto estas familias para facilitar su liberación a través de fianzas accesibles. Una medida bien recibida pero insuficiente. El argumento de disuasión migratoria utilizado ahora para justificar las detenciones contradice las buena intenciones expresadas en ese momento, como la respuesta de 60 páginas a la orden de la jueza de cerrar los centros.

Existe un marco, el Acuerdo Flores, para tratar a menores, y ahora a las madres que están con ellos. La administración convenientemente lo ignoró por creer que no correspondía en estos casos. Sería bueno que lo cumpla, mucho mejor que liberen a los detenidos y que los respeten como individuos y no como objetos ejemplificadores.

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