Debemos conservar la tierra para nuestros hijos y nietos
El desierto de California enfrenta numerosas amenazas y son necesarias medidas ejecutivas de protección
Para muchos de nosotros en el Sur de California puede resultar fácil el dar por sentado que nuestras maravillosas tierras del desierto están a salvo para nuestros hijos y nietos. Sin embargo, no siempre será así si no damos los pasos necesarios para protegerlas e inculcar en nuestros jóvenes latinos la pasión y la participación en el cuidado de nuestra naturaleza.
El desierto de California enfrenta numerosas amenazas, como las propuestas de exportar agua de acuíferos subterráneos, contaminación del aire, rápido desarrollo urbanístico y la invasión de instalaciones para la energía renovable, que ponen en peligro el futuro de esta región y podría tener consecuencias irreversibles.
Es por ello, que quiero animar al Presidente Barack Obama para que utilice su autoridad bajo la Ley de Antigüedades para designar Mojave Trails, Sand to Snow y Castle Mountains como monumentos nacionales, Cada una de las zonas propuestas se beneficiaría de forma significativa al ayudar a preservar el hábitat vital para una gran variedad de especies silvestres, sitios culturales y arqueológicos, y maravillosas vistas del desierto y de las montañas.
Como pastor religioso, creo que todas las designaciones realizadas por los presidentes bajo la Ley de Antigüedades protegen los bellos paisajes y lugares históricos donde podemos conectar con nuestro pasado y nuestra fe.
Ocho republicanos y ocho demócratas han utilizado la ley para crear más de 130 monumentos nacionales, incluyendo las protecciones originales para los Parques Nacionales de Death Valley y Joshua Tree. El presidente Obama ahora tiene la oportunidad de proteger estos lugares especiales e inspiradores en el desierto.
El desierto de California es crucial para nuestras economías, la salud y calidad de vida de los latinos, nuestra herencia cultural y el bienestar espiritual de la comunidad.
Tenemos una responsabilidad moral de proteger nuestras tierras públicas, ríos, hábitat de vida silvestre, y artefactos culturales en el desierto de California. Nuestra herencia natural nos ha sido confiada para su protección y conservación para las generaciones futuras. Debemos respetar la creación de Dios y vivir en armonía.