Patricia azota Jalisco

El gobierno mexicano desplegó alrededor de 10,400 elementos de protección y resguardo, soldados marinos y policías con equipos de paramédicos, rescatistas, ambulancias, autobuses todoterreno, patrullas, buceadores y equipo hidráhulico

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Crédito: EFE

MÉXICO

“Patricia”, el huracán más peligroso en la historia, tocó ayer tierra a las 5:40 de la tarde en los municipios La Huerta y Cihuatlán, entre los poblados de El Estrecho, La Manzanilla y Melaque, en el estado de Jalisco, con su poderoso vórtice que levantó oleajes de hasta 10 metros de altura y arrasó con árboles y casas para mostrar el poder de sus copiosas lluvias que en las próximas horas soltarán la misma cantidad de agua que en todo un año en la región.

“Viviremos momentos difíciles”, adelantó el presidente Enrique Peña poco antes de que Patricia tocara tierra en el país con la amenaza descrita por la Organización Meteorológica Mundial que lo consideró el “más fuerte que haya golpeado el Pacífico”, superior a Catrina, el huracán que devastó Nueva Orleans en 2005 y el Tifón Aiyán que en 2013 cobró la vida de 6,300 personas en Filipinas.

“No salgan, protéjanse y sigan las indicaciones de protección civil”, precisó el mandatario en un Twitter apenas Patricia tocó suelo mexicano con vientos de 325 kilómetros por hora y rachas de 400. “Un Monstruo”, dijeron meteorólogos.

#HuracánPatricia ya está en la costa de México. No salgan. Protéjanse y sigan indicaciones de Protección Civil. Estoy al pendiente de Uds.

— Enrique Peña Nieto (@EPN) October 23, 2015

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El Mapa Nacional de Riesgo ubica a alrededor de 400, 000 personas de los estados de Jalisco, Nayarit y Colima que podrían ser afectadas y para quienes se instalaron 1782 refugios. Para ubicar los albergues –donde incluso serán recibidas las mascotas las autoridades habilitaron tres números telefónicos: Jalisco (322 2247701), Colima (312 3130311) y Nayarit (311 1330381)

El gobierno mexicano desplegó alrededor de 10,400 elementos de protección y resguardo, soldados marinos y policías con equipos de paramédicos, rescatistas, ambulancias, autobuses todoterreno, patrullas, buceadores y equipo hidráhulico.

Desde la mañana del viernes se cerraron gasolinerías, puertos y el aeropuerto de Puerto Vallarta, Jalisco (donde se preveían los mayores daños). La Secretaría de Gobernación decretó una “Emergencia Extraordinaria” para 75 municipios que se declararon zonas de desastre por adelantado. “Si hubiera categoría 6, éste sería categoría 6”, dijo Peña Nieto.

El gobernador de Jalisco, Aristóteles Sandoval, salió por la tarde a decir a la gente más incrédula de la costa que “se lo tomara muy enserio”, que no había precedentes de algo así, que los arroyos crecerían, las corrientes de los río se desbordarían y las carreteras estarían cortadas igual que la luz. “No queremos ser alarmistas, pero hay que estar preparados”.

Para las 15:30 de la tarde, dos horas antes de que ocurriera el impacto, las calles estaban vacías, alrededor de 300,000 turistas –mayoritariamente estadounidenses- habían huido de los hoteles hacia sus lugares de origen o sitios más alejados de las playas igual que la población más vulnerable que esperaba con fe salir ilesa de la furia de Patricia.

Gerardo Ruíz, secretario de Comunicaciones y Transportes, detalló hasta el cierre de esta edición que los daños “todavía no son visibles” y será hasta la mañana de este sábado cuando comience el recuento.

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