Voces de California: Puros alegrones de burro

La fiesta cívica que tomó lugar en Guatemala el pasado domingo 25 de octubre, los simpatizantes del electo presidente Jimmy Morales la han tomado como si hubiera sido la elección de la reina de su feria patronal.

A criterio personal, no hay nada que celebrar y les explico por qué. Para empezar, las elecciones no debieron realizarse en los momentos por los que estaba pasando el país: un presidente ante un juicio, una vicepresidente en los tribunales enfrentando cargos criminales, diputados acusados de corrupción  y un pueblo exigiendo justicia.

Ante esos acontecimientos el Tribunal Supremo Electoral (TSE) tenía que suspenderlas para darle paso a las exigencias del pueblo tras lograr la caída tanto del presidente Otto Pérez Molina, como la vicepresidente Roxana Baldetti.

Y es que para entonces miles de guatemaltecos ocupaban pacíficamente el parque central exigiendo las enmiendas a Ley Electoral para evitar que tanto diputado sinvergüenzada se pudiera reelegir.

Lamentablemente, el TSE no escuchó lo que exigía el pueblo y sucedió lo de siempre. Hoy, casi la mitad de diputados se reeligieron y seguirán enquistados en el poder. De nada sirve, pues, el cacaraqueo de los fanáticos de Jimmy Morales porque sencillamente no lo van dejar trabajar.

Esta eufórica reacción de los fans de Morales, ya las he visto durante muchas elecciones, donde el pueblo ávido de cambios y de líderes genuinos  se desborda por cualquier fantoche hasta al grado de perder la razón.

Ese comportamiento pareciera ser normal viniendo de un pueblo sufrido y engañado por tanto político y funcionario corrupto enquistados en el aparato estatal.

De esos 15 millones y pico de habitantes, 2 millones 700 mil escogieron al comediante Jimmy Morales y como sucede en las ferias cantonales, tienen derecho a celebrar el triunfo de su nuevo presidente, aunque eso no sea otra cosa más que…PUROS ALEGRONES DE BURRO.