México sostiene alto impuesto a bebidas dulces

La decisión fue un respiro para organizaciones de salud que han apostado a este impuesto como una de las pocas medidas efectivas contra la obesidad

El impuesto a las bebidas azucaradas no es la solución. (Shutterstock)

El impuesto a las bebidas azucaradas no es la solución. (Shutterstock) Crédito: /Shutterstock

MÉXICO – Las bebidas edulcoradas en México seguirán pagando altos impuestos por el alto contenido calórico. El Senado de la República dijo “no” a un proyecto que precisamente aprobaron los diputados en el cual se planeaba disminuir un 50% del gravamen a refrescos, jugos, tés y todos aquellos líquidos con bajos contenidos edulcorantes.

La decisión fue un respiro para organizaciones de salud que han apostado a este impuesto como  una de las pocas medidas efectivas para frenar la “creciente epidemia” de obesidad que ataca a siete de cada 10 mexicanos adultos y a tres de cada 10 menores de edad.

Lo que hizo la Cámara de Diputados fue un error”, advirtió el senador Armado Ríos Peter, quien defendió hasta el final revertir los cambios que impulsaron los diputados y conservar la tasa que dejará en 2006 ingresos por alrededor de 47 millones de dólares.

“El impuesto ha sido efectivo y ha generado una masa presupuestal importante que llevará agua potable y bebederos a los niños”, agregó.

Sólo haría falta vigilar que estos dineros se destinen efectivamente a atacar el sobrepeso que generalmente deriva en diabetes, observó Alejandro Calvillo, director de la organización El Poder del Consumidor. “Nos dijeron que hay una bolsa de 2,100 millones de pesos (alrededor de 1500 millones de dólares) recaudados durante dos años que lleva el gravamen y no se han ejercido por falta de una normatividad”.

La normatividad para establecer bebederos en las  escuelas se aprobó a principios de esta semana y busca obligar a todas las escuelas públicas a instalar bebederos de agua que actualmente no existen y contrarrestar así la cultura del refresco.

Además de esta medida, organizaciones como el Instituto Mexicano para la Competitividad han exigido al gobierno tener una política más agresiva. “La obesidad debe ser prioridad para los autoridades pues genera un costo al erario”, detalló en su más reciente informe en el cual calculó que el costo anual de las enfermedades derivadas de la obesidad es de alrededor de 7,500 millones de dólares.

La familia de Benigno Ocampo, un Guerrerense que murió de diabetes, explica en el día a día lo que implica la diabetes derivada del sobrepeso que adquirió por consumo diario de refresco. “Mi esposo fue perdiendo poco a poco la salud hasta que quedó ciego y murió de un paro cardiaco”, recuerda Elvira Alanís. “Así fue como nos enteramos que tomar mucha azúcar era malo, nunca se nos enseñó a comer”.

La industria 

La industria azucarera en México ha apostado a la resistencia. Pocas horas después de que el Senado de la República revertiera durante la madrugada el proyecto,  la Unión Nacional de Cañeros emitió un comunicado en el que intentaba matizar la “mala fama del azúcar”.

Dijo que la industria azucarera emplea en México a medio millón de personas, de las cuales, 175,000 son productores que siembran anualmente 830,000 hectáreas de caña.

Amén de las bondades laborales, detalló, “el azúcar” es indispensable para la energía en cantidades moderadas.

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