¿Este agente secreto fue el verdadero James Bond?

De los 15 agentes secretos que presuntamente sirvieron de base para el super espía de Ian Fleming, poco se sabe de William Samuel Stephenson. Y sin embargo, de él dijo el autor que era lo "auténtico"

Como buen espía, Stephenson casi no dejó rastro, ni siquiera en su Winnipeg natal.

Como buen espía, Stephenson casi no dejó rastro, ni siquiera en su Winnipeg natal. Crédito: BBC

Su nombre código era “Intrépido”. Su contribución al esfuerzo de los Aliados en la guerra, decisiva. Sus similitudes con el agente de ficción, más que llamativas. Y el rastro que dejó tras de sí, un misterio.

Se estima que entre un cuarto y la mitad de la población del mundo ha visto alguna película de James Bond.

Una cifra que probablemente aumentará cuando próximamente se estrene Spectre, la vigésima cuarta entrega de la franquicia.

Pero de los 15 agentes secretos que presuntamente sirvieron de base para que Ian Fleming creara a su superagente, pocos conocen a William Samuel Stephenson, cuyas habilidades de combate mano a mano, heroicidad, personalidad arrolladora y predilección por los martinis se parecen notablemente a las del agente 007.

Stepheson ni siquiera es reconocido en su ciudad natal: Winnipeg, Canadá.

“En todos los años que llevo haciendo este trabajo, eres la segunda persona que me pregunta por Stephenson”, dice Don Finkbeiner, dueño de Heartland Tours.

“Su historia toma por sorpresa a la mayoría de los residentes de Winnipeg, a pesar de que a diario muchos pasan con el auto al lado de su estatua”.

El espía máximo

Piloto de combate de la Primera Guerra Mundial y campeón de boxeo de peso liviano en el ejército, Stephenson se mudó a Reino Unido tras el fin de la Primera Guerra Mundial.

Allí se casó con una heredera de una tabacalera estadounidense y utilizó sus contactos para reinventarse como el mayor espía durante la Segunda Guerra Mundial, convirtiéndose en un confidente cercano tanto de Winston Churchill como de Franklin Roosevelt, y jugando un papel clave en la creación de la CIA… así como de la BBC.

Se cree que unos 15 espías inspiraron el célebre personaje de Ian Fleming. ¿Puede ser Stephenson el más influyente de todos?

También fundó el Campamento X, una base de entrenamiento comando cerca de Toronto donde Fleming y cientos de otros agentes aliados aprendieron su oficio durante la guerra.

“Yo mismo solo supe de Stephenson hace diez años y ahora incorporo su estatua en todas mis visitas guiadas”, señala Finkbeiner mientras me lleva a la gran estatua de bronce del piloto, que está al frente de la sede de la asamblea legislativa de Manitoba (una estatua idéntica se encuentra en la sede de la CIA en Langley, Virginia).

“Le digo a la gente que está a punto de conocer al winipegués más importante de todos los tiempos. Su historia es increíble. Es casi demasiado buena para ser verdad”.

Espía y director de relaciones públicas de la BBC

Stephenson creció en el vecindario de Point Douglas en una humilde casa de madera de dos pisos. Allí vivió y fue al colegio Argyle Alternative hasta que a los 16 años se enlistó en el ejército.

Un mural del colegio incorpora una semblanza del espía, pero aparte de eso, hay poca evidencia que Stephenson haya crecido allí.

O el vecindario olvidó, o como cualquier buen espía, Stephenson quiso ser olvidado.

Un mural más detallado en el oeste de Winnipeg ofrece una mejor idea de los logros de Stephenson.

Daniel Craig en el papel de James Bond
Ian Flemming se refirió a Stephenson como la persona que podía hacer “los martinis más poderosos”, lo que podría explicar las preferencias de Bond en esta materia.

Sobre todo incluye Enigma, la aparentemente inquebrantable máquina de códigos de los nazi que Stephenson ayudó a descifrar.

Stephenson era un gurú de la tecnología, salvajemente exitoso en los negocios“, explica Finkbeiner.

Patentó una forma de enviar fotografías a través del telégrafo sin cable. Incluso se metió en la industria del acero, del automóvil, de la aviación -ayudó a desarrollar el caza monoplaza Spitfire- y fue uno de los primeros directores (de relaciones públicas) de la BBC“.

Operación Gunnerside

A Stephenson también se le atribuye haber prestado inteligencia para el sabotage de la planta hidroeléctrica Vemork en la Noruega ocupada por los nazi en 1943.

Conocida como Operación Gunnerside, la misión evitó que científicos nazi pudieran acceder al volumen de agua necesaria para producir una bomba de hidrógeno que de otra forma hubiera cambiado el resultado de la Segunda Guerra Mundial.

La operación es reconocida por los aliados como el sabotaje más exitoso durante la guerra.

“Como individuo, Stephenson se ubica junto a Churchill y Roosevelt en sus constantes esfuerzos por derrotar a los alemanes”, señala Gary Solar, secretario de la sociedad The Intrepid, un grupo dedicado a mantener la memoria y subir el perfil de los hijos más intrépidos de Winnipeg.

“Son tantas las cosas que hizo para reducir la duración de la guerra y la pérdida de vidas humanas”, agrega.

Para ayudar a mantener viva la memoria y el legado de Stephenson, Solar y la presidenta de la sociedad, Kristin Stefansson, trabajaron para que en 2009 se rebautizara la avenida Water de Winnipeg como William Stephenson.

Tanto Solar como Stefansson son descendientes de este hombre cuyo nombre en código fue Intrépido -sin embargo ninguno de los dos, bromea Solar, fue mencionado en su testamento.

El número 700758

Stefansson y Solar me llevaron en auto hasta McGregor Armory donde en 1914 Stephenson se unió al batallón 101 de la infantería liviana de Winnipeg.

¿Su número de regimiento? El 700758.

No hay evidencia que muestre que Fleming haya hecho la conexión cuando inventó el icónico 007 de Bond. Sin embargo la similitud es intrigante.

Lo mismo se puede decir de la trama de “Goldfinger”, la séptima novela de Fleming, publicada en 1959.

Los planes del ataque ficticio de Goldfinger a la reserva de oro de Estados Unidos en Fort Knox son análogos al plan no llevado a cabo de Stephenson de robar casi US$3.000 millones de la reserva de oro Vichy en la colonia francesa de Martinica.

La siguiente parada fue el edificio Billy Bishop, en la base aérea 17 de Winnipeg, para ver una exhibición permanente de más de 300 artefactos curados por la sociedad The Intrepid.

Incluye cartas de J. Edgar Hoover y Ronald Reagan, una pintura al óleo del hombre llamado Intrépido y medallas que le otorgaron a Stephenson por los gobiernos estadounidense, británico, francés y canadiense.

Los guardias me negaron la entrada a la base después de que me identifiqué como periodista, pero los civiles pueden acceder en día de semana, a cualquier hora, entre las 9 am y 5 pm.

Lo “auténtico”

La biblioteca William Stephenson en Winnipeg Norte tiene en una vitrina un número más pequeño de objetos de Intrépido.

En la biblioteca Stephenson hay algunos objetos que recuerdan al espía canadiense.

Junto a un modelo del biplano monoplaza Sopwith Camel, que Stephenson utilizó para tumbar 12 aviones enemigos de la Primera Guerra Mundial (incluyendo el de Lothar von Richthofen, el hermano más joven del Barón Rojo), hay una media docena de biografías de Stephenson.

Solar toma uno de los ejemplares, Habitación 3603 de H. Montgomery Hyde, y señala el prólogo escrito por el propio Fleming.

Allí hay dos declaraciones reveladoras.

La primera: Fleming describe cómo Stephenson “solía hacer los martinis más poderosos en Estados Unidos y los servía en un vaso largo”, ofreciendo información sobre cómo el autor surgió con la idea de la bebida icónica de Bond.

La segunda: al final del prólogo está el argumento definitivo, prueba de que Stephenson, quien murió en Bermuda en 1989, era parte integral en la creación del agente secreto de ficción en el centro de la franquicia de películas más duradera de la historia.

“James Bond es una versión muy romántica de un verdadero espía”, escribió Fleming. “Lo auténtico… es William Stephenson”.

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