En California, hacen falta enfermeras latinas

El Estado Dorado encabeza la lista de escasez de enfermeras latinas en el país

Varios hospitales de Los Ángeles han advertido que la creciente escasez de enfermeras.

Varios hospitales de Los Ángeles han advertido que la creciente escasez de enfermeras. Crédito: EFE

Varios hospitales de Los Ángeles han advertido que la creciente escasez de enfermeras en los centros de salud, especialmente latinas, no tiene una solución a corto plazo por el alto coste de los estudios de formación.

“Me encuentro a tantas jóvenes que quieren volverse enfermeras, pero que dicen ‘no podemos costear de 20.000 a 40.000 dólares para ir a la escuela de Enfermeras Registradas’ (RN, en inglés)”, explicó a EFE Melissa Mitchell, jefa de enfermeras del centro médico Pacifica Hospital of The Valley.

A los elevados costos de los centros de educación privada se suma los pocos cupos que existen en las universidades públicas para estudiar enfermería, en las cuales hay “listas de espera de años para ingresar”, además de la falta de instructores calificados para impartir clases, según explica Mitchell.

“Es un reto porque no tenemos lo que se podría llamar enfermeras con experiencia probada en áreas de especialidad y en ciertos turnos. Por ejemplo en los turnos de la noche, nadie quiere trabajar ese turno” aseguró a EFE Ayman Mousa, consejera delegada de Pacifica Hospital, donde el 90% de los pacientes es hispano.

California encabeza esta “crisis de enfermeras”, seguida por Florida y Nueva York, estados con gran presencia de hispanos. La Oficina de Estadísticas Laborales estima que para el año 2017 California necesitará cerca de 300.000 enfermeras, un gran porcentaje de las cuales deberían ser latinas.

De acuerdo al reporte “State of Health” de California tan sólo el 8 % de las enfermeras que trabajan en este estado son latinas, mientras la población hispana llega al 39% y sigue en aumento.

Un gran número de las enfermeras latinas en el Estado Dorado comenzó su carrera sanitaria como Asistente de Enfermera Certificada (CNA, en inglés), como es el caso de María Matilde Ascencio, que dejó Jalisco (México) a los 15 años sin pensar que se convertiría en enfermera.

“Trabajaba en McDonalds y una hermana mía me dijo que estaban dando clases para CNA y darían trabajo ahí, yo empecé así como asistente de enfermera”, recuerda.

La mexicana tomó el camino largo para convertirse en enfermera registrada. Tras obtener su licencia de CNA y trabajar como asistente, durante dos años tomó los cursos necesarios para convertirse en una enfermera vocacional con licencia, posición conocida como LVN. Luego, Ascencio necesitó otros cuatro años de estudio y experiencia para convertirse en Enfermera Registrada.

“Nunca me imagine que fuera a ser enfermera, la verdad lo haría gratis pero necesito el dinero”, relata.

Para Pacifica Hospital, esta inmigrante de 47 años es una enfermera “invaluable”. Tiene más de 25 años de experiencia y es bilingüe, su manejo del español le permite trabajar con el 90% de los pacientes que llegan al centro.

El caso de Ascensio, no obstante, es excepcional y no son pocos los ejecutivos en el sector de la salud que creen que no todas las hispanas quieren tomar este periplo.

“No hay ese interés genuino de entrar en el campo de la enfermería, es creo por cuestión de cultura para los latinos”, advierte el salvadoreño Mario Matute, miembro de la Junta Directiva de este hospital.

Mientras se extiende la brecha entre las enfermeras con experiencia y las escasas recién graduadas, el problema comienza a afectar los presupuestos de los hospitales, tanto privados como públicos, que se ven obligados a contratar enfermeras suplentes, con los consiguientes elevados costos.

Ante ello, Matute intentó reclutar en países de Centroamérica enfermeras registradas con experiencia, pero el idioma se reveló como un obstáculo para las profesionales que podrían migrar.

Mitchell asegura que la mayoría de nuevas enfermeras en la ciudad de Los Angeles está llegando de Asia, en especial de India y Filipinas, además de Cánada.

Y mientras las escuelas redoblan esfuerzos para atraer nuevas estudiantes y los hospitales para entrenarlas, Mitchell no oculta su aspiración de que en su grupo hayan más enfermeras como Ascensio, dado que parte de la nueva generación trae consigo otro problema.

“Muchas enfermeras nuevas y jóvenes están entrando al campo porque es lucrativo, no porque es su llamado”, manifestó.

Los salarios para una enfermera en California oscilan entre los 25 dólares por hora y hasta los 60, según su especialidad.

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