El verdadero valor de la Navidad

No es nada malo adquirir algún regalo para celebrar la Navidad, pero no es el regalo el que importa

Iglesia San Roque lista para navidad

Crédito: Gerardo Romo | El Diario

Antes que nada quiero desearles a todos mis lectores una muy feliz
Navidad y un año próximo con mucha salud, esperando que Dios nos permita seguirnos visitando en estas páginas.

Yo, como Diógenes, filosofo griego que andaba buscando con su lamparita “un hombre honesto”, he venido buscando con tristeza donde ha quedado el espíritu de la Navidad que alguna vez se celebraba cantando: “Gloria a Dios en el cielo y paz a los hombres de buena voluntad”.

La Navidad, que celebra el nacimiento de Jesús, se ha convertido en un evento comercial de varias semanas, cuando lo único que importa es comprar regalos y esperar recibirlos también, como si ese fuera el único fin de la festividad, y no una consecuencia lamentable.

No se me malinterprete, no es nada malo adquirir algún regalo para celebrar la Navidad, pero no es el regalo el que importa sino lo que simboliza, que es la celebración de un hecho ocurrido hace más de 2,000 años.

Nací en México y recuerdo con nostalgia el motivo religioso de mis primeras Navidades. En aquella época, las familias se reunían a orar en la Nochebuena para después celebrar la llegada de Jesús el día 25 de diciembre. Los regalos no eran importantes. En enero, los niños esperaban ansiosos el día 6 en que se recordaba la llegada de los Santos Reyes a la cuna de Jesús recién nacido, llevándole tres distintos regalos, porque de paso nos dejaban a todos algunos de los juguetes que deseábamos tener.

Años después, nos llegó una figura un tanto grotesca (cuando menos así nos pareció en aquel entonces) de un señor gordo y viejo, que se suponía vivía en el Polo Norte, que viajaba en un trineo jalado por venados, con una risa casi amenazadora, y que se decía que podía bajar por las chimeneas para dejar regalos a los niños.

Ni su figura ni su vestimenta encajaban en las tradiciones de nuestra América Latina y nada tenía que ver con el nacimiento de Jesús.

Poco a poco fueron también cambiando las posadas con sus piñatas y cantos por fiestas navideñas que giran alrededor de la comida, la bebida, y los regalos.

La Navidad se ha ido transformando de una festividad eminentemente religiosa a lo que actualmente se vive en muchos hogares donde la cena de Nochebuena gira más alrededor de los regalos que de la conmemoración del nacimiento de Jesús.

Es una lástima que tradiciones de tanto valor se hayan perdido y que muchas personas de las generaciones actuales tal vez no conozcan el origen de las celebraciones, ni saben del verdadero significado de la Navidad.

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