Por qué California no es terreno fácil para Donald Trump

A pesar de ser el estado con mayor cantidad de delegados, Trump no los conseguirá a menos que trabaje por ellos y, por el momento, Ted Cruz y hasta John Kasich le están comiendo el mandado

Ted Cruz y Donald Trump, precandidatos que se enfrentan en la recta final de la interna republicana.

Ted Cruz y Donald Trump, precandidatos que se enfrentan en la recta final de la interna republicana.  Crédito: EFE

California podría dificultar la candidatura de Donald Trump cuando se vote aquí el próximo 7 de junio, y es por eso que su competidor más fuerte, el senador Ted Cruz, está hoy en el sur del estadocultivando a sus seguidores y la lealtad de delegados del partido.

De visita en los condados de Orange y San Diego, es la segunda vez este año que Cruz viene por acá, mientras que todavía no hay señales de una campaña de Trump por estos lares y el magnate canceló una rueda de prensa el viernes pasado en Los Ángeles.

Cruz, quien representa a Texas, nació en Canadá y tiene padre cubano, también será el “orador de orden” a fin de mes, en la convención estatal del partido republicano en Burlingame, cerca de San Francisco.   

Y este partido, encabezado por Jim Brulte, un ex legislador que en los años noventa fue crítico de las campañas antiinmigrantes del entonces gobernador Pete Wilson, recibirá a Cruz con los brazos abiertos porque, al parecer, cualquier alternativa a Trump es buena.

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“El senador Cruz es un conservador valiente, que ha trabajado duro para revivir la promesa de nuestro país, restaurar nuestra constitución y defender los valores que compartimos”, dijo Brulte en un reciente comunicado anunciando el rol estelar que el senador ultraconservador tendrá en su próxima reunión estatal.

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Encuestas recientes revelan que Trump tiene una ventaja sobre Cruz en California entre los votantes de la primaria republicana (37% vs 30% en encuesta USC/Los Angeles Times), pero también indica que están cabeza a cabeza entre los votantes más tendientes a acudir a las urnas (36% a 35%).

¿Qué quiere decir esto?

Que para que gane Trump y se lleve la mayoría de los delegados, haría falta que sus copartidarios estén entusiasmados y que salgan a respaldarlo el 7 de junio a lo largo y ancho del estado (y no sólo en algunas partes del mismo).

El estado es el que más delegados envía a la convención republicana, que este año se celebrará a finales de julio en Cleveland, Ohio. El número es de 172, pero la forma en que se dividen o ganan hace la competencia aún más difícil para Trump.

(Wikimedia Commons)
(Wikimedia Commons)

No se trata simplemente de llevarse más votos en general y ganar la mayoría de delegados, o todos, como en el caso de algunos estados. Aquí los delegados se distribuyen por cada distrito del congreso, y de esos hay 53. Cada distrito otorga 3 delegados al candidato que gane allí.

Es decir, que aún si Ted Cruz – o el otro candidato, John Kasich- pierden el voto popular, pueden arrancarle a Trump suficientes delegados, ganando en distritos o áreas del estado donde han logrado fuerza y tienen partidarios.

¿Complicado?

Lo es. Y es justamente lo que ahora está usando Trump para argumentar que el sistema es injusto y fraudulento. Recientemente dijo que Cruz está ofreciendole “todo tipo de cosas” a los delegados para que lo apoyen.

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Pero estas son las reglas del juego que existían ya en el partido republicano cuando Trump lanzó su campaña.

Trump no ha hecho aún proselitismo en California y no ha anunciado su presencia en la convención estatal, a la que sí asistirán Cruz y también John Kasich.

A la hora de la verdad, esto podría poner a Trump en desventaja en la lucha por delegados, aunque se espera que la semana que viene triunfe con buen margen en Nueva York.

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