Presentan queja formal de residentes fronterizos por supuesto maltrato en garitas de cruce

Detenciones, cateos, acusaciones falsas y humillaciones entre las denuncias presentadas por organizaciones fronterizas para que sean investigadas por las agencias a cargo de las garitas de cruce entre México y Estados Unidos. Grupos piden investigación transparente.

Los cruces fronterizos son muy transitados. En un reporte residentes de la zona se quejan de malos tratos de los agentes

Los cruces fronterizos son muy transitados. En un reporte residentes de la zona se quejan de malos tratos de los agentes  Crédito: David McNew | Getty

Margarita Rodriguez, de 59 años, iba hacia El Paso proveniente de Ciudad Juarez el 12 de enero de 2013, cuando un cruce que debió ser rutinario se convirtió en una pesadilla para ella.

Según una queja formal presentada hoy ante las autoridades competentes Rodríguez, una residente legal de los Estados Unidos durante más de 35 años, fue retenida, cateada, y acusada de ser una fugitiva, con otro nombre y otra identidad, por agentes que la interrogaron .

De acuerdo al documento, recopilado por la Unión de Libertades Civiles de Nuevo México, la ACLU de Texas y otras organizaciones, Rodríguez fue retenida durante horas, amenazada con deportación y acusada de mentir.

Tras reportar que no se sentía bien debido a su diabetes y que debía tomar su medicación, agrega el documento, no se le permitió ir al carro a buscarla. Luego le dijeron que la dejarían ir si firmaba unos papeles, a lo que ella se negó. Eventualmente la liberaron humillada y traumatizada, y regresó a su hogar en El Paso.

Este es uno de trece casos detallados en la queja formal presentada hoy ante el Departamento de Seguridad Nacional DHS y la Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza CBP.

Pero estas organizaciones llevan tiempo escuchando quejas de todo tipo, y la mayoría de las víctimas tiene miedo de reportarlo, indicó en una entrevista Cynthia Pompa, organizadora del Centro para Derechos Fronterizos de la ACLU de Nuevo México.

Esta organización y otras de derechos humanos cerca de la frontera de Estados Unidos con México en El Paso, Texas y el sur de Nuevo México afirmaron hoy que en el último año han documentado más de 150 quejas formales de residentes de la zona contra agentes de la Patrulla Fronteriza, por presunto abuso y cateos arbitrarios durante cruces cotidianos.

Cada día, más de 600,000 personas entran hacia los Estados Unidos por las diferentes garitas existentes y uno de cada 24 trabajos en Estados Unidos está relacionado al comercio entre Estados Unidos y México y el cruce diario de trabajadores, estudiantes y turistas por esas puertas de entrada.

Las quejas de maltrato durante el cruce han llegado desde hace tiempo a las organizaciones que se ocupan de estos temas, pero hace un año comenzó una campaña llamada “Dignity Crossing” (Dignidad al Cruzar), para documentar historias y quejas de residentes fronterizos. Un año después, este es el resultado, dijo Pompa.

“Es muy difícil que personas que cruzan la frontera diariamente accedan a reportar sus casos si sienten que han sido objeto de abuso, ya que temen represalias”, dijo Pompa.

Los trece casos incluidos en la queja fueron no sólo los que accedieron a ser identificados, sino están entre los más fuertes hasta ahora reportados.

Las organizaciones pidieron a las agencias pertinentes que investiguen estos hechos y que aclaren el proceso para la presentación de quejas por parte del público.

Un ejemplo de los problemas con la presentación de quejas en la frontera es el caso de Pamela Morales, una ciudadana estadounidense que iba hacia el sur por el Puente de las Americas cuando un oficial le golpeó fuerte en su ventana.

Cuando, según el documento con la queja, ella le pidió su primer nombre y dijo que se quejaría, el oficial la refirió a un supervisor que le revocó su pase fronterizo SENTRI.

Supuestamente, el supervisor le dijo “si tu me reportas a mí, yo te voy a reportar a ti”.

Las organizaciones sugieren que se investiguen los procesos para presentar quejas, se mejore el entrenamiento de los agentes y se persiga a cualquier agente que viole los reglamentos y abuse del público.

“Pero queremos que lo hagan con transparencia, porque en otras ocasiones hemos presentado quejas y no pasa nada”, dijo Pompa.

El reporte completo está aquí. La Opinión solicitó a DHS y CBP una reacción respecto pero no recibimos respuesta hasta el momento.

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