El Tri de Osorio, con puño de hierro

México vuelve a mandar con autoridad absoluta en la zona de Concacaf, donde es líder invicto e indiscutible

Pese a las críticas, el Tri de Osorio ha cumplido con su trabajo en la eliminatoria mundialista

Osorio ha cumplido con creces lo prometido: avanzar en el Hexagonal sin complicaciones. Crédito: Imago7

Los tambores de guerra han callado y el fuego amigo se ha disipado. Finalmente, llega un pequeño espacio de paz para el México de Juan Carlos Osorio, que camina con erguido paso rumbo a la Copa del Mundo de Rusia 2018 y ha dejado, por ahora, sin fundamentos a sus nacionalistas detractores.

México domina la eliminatoria mundialista con puño de acero, lo cual no ocurría desde la época de Ricardo La Volpe como estratega, cuando el entonces técnico prometió una llegada a la Copa del Mundo de Alemania 2006 “caminando”,  y así ocurrió.

Osorio, nacido hace 55 años en Santa Rosa de Cabal, Colombia, encontró desde su aterrizaje en México (octubre de 2015) un ambiente poco favorable, cultivado por quienes hacen de la cerrazón intelectual una bandera de análisis.

Muchos fueron quienes criticaron la elección de un estratega extranjero con el viejo y decadente argumento de que “no conoce la ideología del futbolista mexicano”.

El gran problema de quienes desenfundan esa oxidada espada radica en un hecho que Osorio no teme esgrimir: México, en selecciones nacionales de categoría mayor, no ha ganado absolutamente nada y quizá sea ese el tema central y el pilar en el trabajo del colombiano, tratar de cambiar la ideología del futbolista tricolor.

Centrado, poco dado a entrar en intercambios verbales, pero muy cristalino en sus conceptos, el técnico del Tri ha enterrado uno a uno a sus feroces detractores, quienes viven de explotar el defecto a cambio de obviar las cualidades.

Ahuyenta rapiña

Los argumentos en su contra, además de su lugar de nacimiento, son la falta de un estilo propio y definido de juego, la poca vistosidad del fútbol practicado por el Tricolor y las constantes rotaciones en su plantel, porque los puristas de la pluma y el micrófono desean un once titular y ven en el carrusel de jugadores de la selección mexicana un “manoseo que genera dudas”, pero nunca atinan a decir de quién, además de ellos mismos, son esas interrogantes.

En la grada y en el día a día, los aficionados disfrutan de volver a ver al México dominador y respetado, porque más allá de, efectivamente no ver en el Tricolor a un equipo de fantasía, lo plasmado hasta este día por los pupilos de Osorio es solvencia y superioridad y eso es justo el punto de alegría de esta nueva era del seleccionado mexicano.

En 20 partidos dirigidos, el cafetero no ha repetido alineación, pero en varias ocasiones, esto no se ha debido a un capricho personal, sino a situaciones obligadas, como puede ser el caso de una lesión o suspensión.

Como sea, México desfila a paso marcial rumbo al primer objetivo: la clasificación a la Copa del Mundo. Luego de la semana del parón de ligas en el mundo para dar paso a la jornada FIFA, el área de la Concacaf es dominada sin contestación alguna por los pupilos del colombiano, quienes invictos suman 10 puntos, tres por encima de Costa Rica, cinco delante de Panamá y a seis de distancia del desdibujado Estados Unidos, mandón en los anteriores dos ciclos mundialistas y hoy con muchas penurias, aunque ya dio señales de vida con el retorono del técnico Bruce Arena, aunque sin una figura emergente tras de Landon Donovan y Clint Dempsey.

Además, bajo la batuta de Osorio, el Tricolor ha vuelto a gobernar donde hace tiempo había perdido respeto. En el inicio del Hexagonal visitó a Estados Unidos y tras 44 años de sequía eliminatoria, ganó en este territorio gracias a un gol en el minuto 88 del capitán Rafael Márquez, quien a sus 38 años, aún es requerido por la exquisitez de su juego, su clarividencia y el liderazgo, y que terminó con la racha negativa con un cabezazo plástico e imparable.

Otra pared derribada ocurrió en San Pedro Sula, Honduras, donde México no ganaba un partido desde 1965, pero en noviembre de 2015 aquel fortín también fue conquistado 0-2 por los de Osorio.

En Canadá (sin victoria desde 1993) y Trinidad y Tobago (el último triunfo fue del México de La Volpe en 2004) también se hizo valer la ley del más poderoso.

México parece haber dejado atrás dos clasificaciones donde el horror hizo presa del entorno; la última, incluso, lograda gracias a una victoria “in extremis” de Estados Unidos, su gran rival, en Panamá, que permitió al Tricolor acceder al partido de repesca.

Ahora en cambio, todo es primavera. El andar de Juan Carlos Osorio es prácticamente inmaculado, pero aquel deshonroso 0-7 sufrido en junio de 2016 ante Chile en la Copa América no se olvida, de hecho sirve para frenar un poco la euforia de volverse a sentir el gigante del área, y hay que decirlo, también es el argumento de ataque de los hoy silenciados críticos del estratega, quienes guardan silencio ante los hechos, pero al primer paso en falso resurgirán para golpear. Así se la ha gastado siempre parte del entorno futbolístico en México..

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