Dos años después, comunidad LGBT sigue en pie de lucha por derecho al matrimonio
Los conservadores siguen presionando para replegar este derecho de la comunidad LGBTQ
WASHINGTON.- Dos años después del histórico dictamen del Tribunal Supremo que legalizó los matrimonios gay en todo EEUU, y de paso creó un “tsunami” cultural, la comunidad LGBT lucha por preservar ese derecho frente a esfuerzos de conservadores de replegarlo en varios condados del país.
El dictamen de 5-4 en el caso “Obergefell v. Hodges”, el 26 de junio de 2015, suscitó titulares internacionales y fue una singular victoria para la comunidad gay, en un país donde los conservadores cierran filas en torno a la defensa de los matrimonios “tradicionales”.
La decisión no fue el “fin del mundo”, como insistieron alarmados los conservadores, pero sí provocó un “tsunami cultural”, después de que el tribunal determinara que el derecho al matrimonio de parejas homosexuales está protegido por la 14 Enmienda de la Constitución, que consagra el derecho al debido proceso y la protección equitativa.
Para la comunidad gay, la igualdad plena va más allá del derecho a casarse, e implica combatir la discriminación en los sitios de empleo y en las aulas, en los beneficios, y en la adopción o crianza de hijos.
Resistencia de algunos condados
Hace dos años, activistas de grupos como “Human Rights First” y la Unión de Libertades Civiles de EEUU (ACLU) celebraron el dictamen en las escalinatas del Tribunal Supremo en Washington, y ahora ven con preocupación cómo varios condados han dejado de emitir licencias de matrimonio o de permitir esas ceremonias en sus oficinas.
Según “Ballotpedia”, que lleva el pulso de legislaciones estatales en todo el país, siete condados en el sureño estado de Alabama ya no emiten licencias de matrimonio a ninguna pareja, mientras que otros condados en algunos estados las ofrecen pero suspendieron la ceremonia civil en sus oficinas.
Antes del dictamen, 15 estados prohibían los matrimonios gay, y aún después del fallo no todas las autoridades locales cumplían con la ley.
Pese a que dos terceras partes de la opinión pública los aceptan, según el Centro de Investigación Pew, las tensiones continúan en muchas municipalidades.
De hecho, el Tribunal Supremo ha aceptado a trámite la apelación de una panadería de Colorado y de grupos opuestos a estas uniones por razones religiosas, y emitirá su fallo en 2018.
Prometen lucha prolongada
En declaraciones a este diario, Ian Thompson, experto en asuntos legislativos de la ACLU, explicó que aunque el Tribunal Supremo se puso del lado de la equidad matrimonial, la comunidad gay jamás se hizo ilusiones sobre su aceptación en círculos conservadores.
“El dictamen fue un punto de inflexión para la comunidad LGBT. Sin embargo, supimos que la lucha por la dignidad e igualdad apenas comenzaba, y a pesar de la actual Administración, las parejas del mismo sexo tienen derecho a casarse en cualquier parte del país”, señaló Thompson.
“La ACLU seguirá luchando en las cortes para defender los derechos constitucionales de la comunidad LGBT”, prometió.
Sanford N. Katz, profesor emérito de la Facultad de Leyes de Boston College, afirmó en una columna de opinión que una posible solución al continuo debate es que los matrimonios sean exclusivamente un “evento civil”, libre del bagaje religioso.
Siguiente un modelo europeo, Katz ha propuesto que los matrimonios gay se realicen allí donde se emiten las licencias y que un funcionario estatal o un juez oficie la ceremonia, y que una ceremonia religiosa sea completamente opcional o voluntaria.
Presencia gay en comunidad latina
Según el Instituto Williams, de la Facultad de Leyes de la Universidad de California en Los Angeles (UCLA), hay aproximadamente 1,4 millones de adultos latinos gay en EEUU, y de los 146,000 hogares del mismo género entre la comunidad hispana, el 29,1% está criando hijos.
Una tercera parte de las parejas homosexuales latinas vive en Nuevo México, California, y Texas, aunque la lista de estados con alta presencia hispana de parejas del mismo sexo incluye a Nevada, Arizona, Wyoming, Colorado, Nueva Jersey, Nueva York, Kansas, Florida, y Washington, D.C., sede de la capital estadounidense.
Muchos de estos estados carecen de protecciones contra la discriminación por orientación sexual o identidad de género, indicó el Instituto.
Respuesta de conservadores
Armados con la Biblia, grupos conservadores siguen presionando para replegar los matrimonios gay, argumentando que éstos ponen en peligro la estabilidad de la familia tradicional.
Peter Sprigg, analista del Concejo de Investigación Familiar (Family Research Council, FRC), por ejemplo, ha colgado en su página web una explicación de por qué los derechos legales, beneficios, y responsabilidades de un matrimonio civil “no deben extenderse a parejas del mismo género”, argumentando que las uniones homosexuales “no son un matrimonio” y “son dañinas”.
Según Ryan T. Anderson, de la conservadora Fundación Heritage, el matrimonio existe entre un hombre y una mujer para fines de la reproducción de la especie y, a su juicio, la legalización de los matrimonios gay obliga indebidamente a las personas a “reconocer y reafirmar” esas uniones.
Anderson argumentó que los niños criados por homosexuales sufren una desventaja, en comparación con los niños de hogares heterosexuales, algo que en realidad no se ha resuelto de forma definitiva.