EEUU mantiene frente abierto contra un niño que pasó detenido 654 días
Liberan a un niño de tres años que estuvo detenido por ICE junto a su madre por más de 16 meses
WASHINGTON – En el marco de una férrea lucha en torno a las llamadas “cárceles de bebés”, el gobierno de EEUU mantiene un frente abierto contra un niño de tres años y su madre, puestos en libertad esta semana después de pasar detenidos durante casi dos años en el Condado Berks (Pennsylvania).
El pequeño Diego y su madre, Wendy Osorio Martínez, salieron libres del centro de detención para familias inmigrantes en la localidad rural de Bern Township el lunes pasado, por órdenes del juez de Inmigración, Walter A. Durling, pero el gobierno continúa su campaña contra ellos.
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Diego y Wendy, antes conocidos por los pseudónimos “Josué” y “Teresa”, viajaron ayer a Houston (Texas) para reunirse con el resto de su familia, mientras sus trámites migratorios prosiguen en los tribunales.
La odisea continúa
Sin embargo, su odisea continúa, ya que la Administración Trump ha apelado la decisión de Durling con sendas mociones, para que ambos vuelvan a ser detenidos.
En declaraciones hoy a este diario, la abogada de ambos, Carol Anne Donohue, afirmó que luchará contra las mociones del gobierno en los tribunales de Inmigración.
“El gobierno dice lo que siempre ha dicho sobre estas familias y es que los que están sujetos a una ´deportación expedita´ no tienen derecho a que un juez revise sus casos. Diego está protegido por el Acuerdo Flores, y los tribunales han determinado que sí tiene derecho” a una revisión “caso por caso”, afirmó.
“Nuestro gobierno está peleando con uñas y dientes y por si fuera poco, están apelando con argumentos de que el juez (Darling) no tuvo jurisdicción en el caso… ahora están indicando que no van a respetar ese Acuerdo. Es algo horrendo porque, si ganan, este niño y su madre serían detenidos”, enfatizó Donohue.
Naureen Shah, directora de campañas de Amnistía Internacional USA, que ha enarbolado la causa de niños como Diego, calificó hoy como “profundamente cruel” que la Administración le niegue a Diego y a Wendy “el derecho a la libertad pocos días después de que salieron libres”.
Diego es un niño que “aprendió a hablar y caminar en una cárcel, sólo porque su familia intentaba velar por su seguridad” y el afán de volverlo a detener a él y a su madre “es monstruoso”, dijo.
“Esta Administración ha mostrado una pasmosa hostilidad hacia inmigrantes y refugiados que debemos resistir a cada instante. La gente que huye de la violencia no debe ser tratada como criminales. Se debe poner fin de una vez por todas a la práctica de encarcelar a familias”, puntualizó Shah.
Osorio Martínez y su hijo se sumaron en diciembre de 2015 a 27 familias detenidas en una demanda colectiva interpuesta por la Unión de Libertades Civiles (ACLU) contra el gobierno federal por la detención de familias.
El Departamento de Seguridad Nacional (DHS) no suele hacer comentarios sobre litigios o casos pendientes.
La narrativa de la violencia
Diego y Wendy huyeron de la violencia y amenazas de secuestro en su natal Honduras, e ingresaron ilegalmente a EEUU el 21 de octubre de 2015, cuando fueron detenidos.
Tres días después, en vez de recibir el asilo que solicitaron, fueron enviados al centro de detenciones en el Condado Berks, uno de tres para familias inmigrantes en el país.
Apoyándose en el llamado “Acuerdo Flores” de 1997, que prohíbe la detención prolongada de menores en ciertos tipos de instalaciones, Durling determinó que no sólo tenía jurisdicción para otorgar una audiencia de fianza, sino que también ordenó su puesta en libertad.
Diego recibió en octubre de 2016 su “Estatus Especial como Joven Inmigrante” (“Special Immigrant Juvenile Status”, SIJS), concedido a víctimas de abuso o abandono paternal -lo que le ha despejado la vía para solicitar la residencia permanente-, mientras que Wendy espera que las autoridades le concedan una nueva entrevista para sus trámites de asilo.
Seguirán abiertas las “cárceles de bebés”
El del Condado Berks es uno de tres centros de detención para familias inmigrantes en Texas y Pennsylvania, tildados de “cárceles de bebés” por parte de grupos de la comunidad inmigrante, debido al alto porcentaje de menores de edad allí alojados.
Muchas de las familias detenidas en Berks provienen de los países del “Triángulo del Norte” –Guatemala, Honduras y El Salvador-, que registra uno de los niveles de violencia más altos del mundo.
Según Amnistía Internacional USA, al menos otras tres familias en el centro de detención en Pennsylvania llevan más de 600 días encerradas.
En junio pasado, el grupo lanzó una campaña para obligar al cierre de las “cárceles de bebés”, que incluyó una carta a la hija del presidente Donald Trump, Ivanka, pidiendo su intercesión a favor de las madres allí encerradas.
Amnistía Internacional pide a Ivanka visitar “cárcel de bebés” y ayudar a detenidos
Ivanka, que ha promovido a su padre como un paladín de las familias, jamás respondió a la carta, según Amnistía, que ahora centra sus energías en la liberación de los tres menores que permanecen detenidos en Berks.
3yr old Imprisoned by @ICEgov for 16mos finally Freed. @amnestyusa calls for release of all kids in @ICEgov custody https://t.co/SDV6D8cKM3
— Joanne Lin (@JoanneLinDC) August 7, 2017
A juzgar por las declaraciones de la Administración contra inmigración ilegal, no hay señales de que el gobierno federal cerrará esos centros de detención.
La Administración ha solicitado fondos para el año fiscal 2018 para ampliar a 51,379 el número de camas disponibles en los centros de detención.