Cómo funciona una comuna, la utopía socialista que impulsó Chávez y que quieren revivir en Venezuela
La Asamblea Constituyente quiere en teoría darles un nuevo impulso. Te explicamos qué son y cómo se organizan
Ya enfermo, a los pocos días de haber ganado la reelección y seis semanas antes de su última aparición en televisión, Hugo Chávez estaba muy molesto.
Era el 20 de octubre de 2012. Tenía otros seis años de mandato por delante, pero acuciado quizás por la enfermedad, era momento de acelerar su proyecto socialista para Venezuela.
“Nicolás, te encomiendo esto como te encomendaría mi vida: las comunas”, pidió en el consejo de ministros televisado. Con el tiempo esa frase pareció un testamento.
Nicolás era Nicolás Maduro, vicepresidente entonces y elegido por Chávez como su sucesor en diciembre de ese año.
“¿Será que seguiré clamando en el desierto?”, abroncó a sus ministros, a los que reprochó no haber leído “un librito rojo de los tiempos de Mao Zedong sobre las comunas” que les había entregado tiempo antes.
Maduro bajó la mirada, como el resto de ministros, y dio la razón a Chávez, que gritó: “¡Comuna o nada!”.
El actual presidente, en medio de una grave crisis económica, no hizo de las comunas su prioridad. Algo que podría cambiar con la actual Asamblea Nacional Constituyente (ANC), el cuerpo plenipotenciario que debe reformar el Estado y redactar una nueva Constitución.
“Convoco a una Constituyente profundamente obrera, profundamente comunal”, dijo Maduro el 1º de mayo. Ya instalada desde inicios de agosto, la ANC podría lograr lo que no pudo Chávez: dar a la comuna un rango constitucional.
“Alma del socialismo real”
Pero ¿qué es una comuna?
Es una forma de organización basada en el autogobierno y la autogestión y con su propio modelo económico. La sublimación del “poder popular” que buscaba Chávez. “El alma del proyecto del socialismo real”, decía el líder de la llamada Revolución bolivariana.
Uno de los mayores ejemplos es la comuna socialista Panal 2021 liderada por el colectivo o fundación Alexis Vive, de inspiración marxista.
No hay muchos referentes históricos más allá de la China de Mao. Panal 2021 tiene como referencias las comunas de los zapatistas en México y la Comuna de París, un movimiento insurreccional que gobernó la capital francesa durante un breve período de tiempo en 1871.
Panal 2021 está ubicada en el 23 de Enero, quizás el barrio más politizado de América Latina, un bastión de la izquierda pese al triunfo opositor en las elecciones parlamentarias de 2015.
La comuna agrupa ocho grandes bloques de edificios, 3.600 familias, 13.000 habitantes. Entre ellos hay muchos opositores, muchos de los cuales participan pese a todo en la lógica comunera.
“Queremos que el ‘Comuna o Nada’ de Chávez no sea un eslogan, sino que sea una acción cotidiana. La revolución no la hacen los ministros, sino los pueblos organizados”, le dice a BBC Mundo Ana Marín, portavoz de la organización anticapitalista Alexis Vive.
La comuna arrancó en 2006 y se destaca por la toma de decisiones en asambleas y por que los “medios de producción social”, es decir, pequeñas empresas como una panadería, un taller textil y una empaquetadora de azúcar, están en manos de la comunidad.
Para su nacimiento contó con la ayuda inicial del Estado, que animó y financió la autogestión. La comuna Panal 2021 se ha expandido a otras zonas de Caracas e incluso a otras regiones del país. Y aspira a seguir creciendo.
La comuna, que cuenta con su propio banco para la concesión de microcréditos, está ultimando los detalles para sacar su propia moneda, el panal, que se usaría para pagar parte del salario de los trabajadores, que podrían gastar su dinero en los negocios de la comuna.
En ellos no reina la lógica capitalista de la oferta y la demanda.
“Es una economía planificada, no al servicio del capital, sino al servicio del bien común y del reparto equitativo de la riqueza”, afirma Marín, que asegura que las “unidades productivas” son rentables.
“No somos mano de obra de nadie”
Un ejemplo de actividad es el taller textil. Un colorido retrato de Chávez gobierna el espacio con más de una decena de máquinas de coser y una bordadora adquiridos con recursos del gobierno del Distrito Capital de Caracas.
Aquí no hay jefe. Ni empleados. Se les llama productores. Es una organización horizontal.
José Lugo, vocero de economía comunal, me lo muestra con un ejemplo. Llama a dos jóvenes, a las que les ofrezco un precio por la confección de unos uniformes.
Ambas me responden igual, para orgullo de Lugo: “Debemos hacer una asamblea en la que nosotros ponemos el precio de nuestro producto”.
“No hay quien nos imponga a nosotros cuánto va a costar nuestra fuerza de producción”, ahonda Lugo. “Nosotros no somos mano de obra de nadie. Somos una fuerza productiva. Así nos lo enseñó el comandante Hugo Rafael Chávez Frías”, agrega.
En el taller se confeccionan bolsos, camisetas y uniformes con el logotipo de una abeja del Panal 2021. Las 12 productoras conocen todos los pasos del proceso textil.
Empezaron con seis máquinas y ya tienen 19 y una camioneta para la distribución.
Los excedentes que genera el taller y el resto de las llamadas “unidades socioproductivas”, afirman los voceros, se reinvierte en la comunidad, que se favorece de unos precios mucho más asequibles porque en la comuna se eluden los canales de distribución, argumentan.
Una investigación del portal digital local Armando.Info denunció, sin embargo, que el entramado empresarial está dando beneficios sobre todo a la cúpula de Alexis Vive. BBC Mundo no pudo hablar con su responsable, Robert Longa.
Sin policía
La comuna también es el control social. Marín presume de que el nivel de escolaridad es más alto que en otras partes y del alto nivel de seguridad gracias al sistema de cámaras de vigilancia.
“Nosotros fungimos como inteligencia social. Las cámaras son un mecanismo de prevención y disuasión”, dice Marín, que asegura que los vecinos están activos para alertar de la presencia de extraños.
La portavoz niega, sin embargo, que el colectivo Alexis Vive disponga de armas. Muchos de estos grupos, afines al gobierno chavista, son acusados de ser fuerzas de choque de la llamada revolución bolivariana.
La autogestión hace que ellos mismos controlen su territorio, afirma la portavoz. “Aquí no hay policía, pero no porque no pueda pasar, sino porque no hace falta”, asegura.
En cuanto a su estructura, la comuna del Panal 2021 se divide en “panalitos”, formados por 10-12 vecinos por bloque, responsables de unas 300 familias.
Los “panalitos” llevan propuestas a las asambleas ordinarias, que se celebran en la cancha deportiva cubierta cada 15-20 días. Allí se decide a mano alzada. No hay voto secreto y universal.
Marín reconoce el liderazgo propositivo del colectivo Alexis Vive, liderado por Longa y formado por un cuadro duro de unas 50 personas.
“Aquí la gente siempre se pliega a lo que nosotros decimos. No por un tema de que todo tiene que decidirlo el Alexis Vive, sino porque generamos confianza a la gente”, dice Marín.
¿La desaparición del Estado?
La meta final, me cuenta Lugo, es que esta comuna, una de las de mayores recursos y organización, sea autosustentable y autogestionable.
Era el sueño de Chávez, que en 2007, con los bolsillos llenos de petrodólares, reelegido con una amplísima mayoría, con la oposición destruida y una vez dejadas atrás las dificultades en forma de golpe de Estado, paro petrolero y demás, aceleró su idea de Estado comunal.
“Es la culminación del proyecto político de Chávez”, le dice a BBC Mundo la historiadora y profesora Margarita López Maya, que ha estudiado a fondo el proyecto del comandante.
Chávez trató de introducir el nuevo esquema de organización territorial en la reforma de la Constitución que planteó en 2007. En el referendo, sin embargo, sufrió una de sus escasas derrotas electorales.
De todas formas, siguió adelante. En 2010 se aprobó la Ley Orgánica de Comunas, en la que se desarrolla la idea de Estado Comunal, una nueva forma de organización “que permita alcanzar la suprema felicidad social a los venezolanos y venezolanas en la sociedad socialista”, dice el texto.
La evolución socialista de Chávez
Chávez buscaba así romper con la Constitución de 1999, que ahora será reformada por la Asamblea Constituyente y que muchos dentro del chavismo califican como demasiado burguesa y liberal.
“La discusión es si Chávez siempre quiso el socialismo, y no lo pudo llevar acabo hasta que no ganó un poder sin contrapeso, o si en verdad se fue convenciendo del socialismo poco a poco”, expone López Maya, que ve en ese giro una clara influencia del modelo cubano y de Fidel Castro, quien también viró hacia el socialismo después de alcanzado el poder en la isla.
La muerte de Chávez, la caída del precio del petróleo y la crisis económica han puesto freno —de momento— al sueño del comandante.
“Lo que habíamos avanzado con el presidente Chávez lo retrocedimos un poco con el presidente Maduro con todo lo que ha venido pasando”, admite José Lugo, el vocero económico de Panal 2021.
“Pero con la Asamblea Constituyente lo que hemos retrocedido lo vamos a avanzar cuatro veces”, confía.
BBC Mundo no recibió respuesta al pedido de hablar con el Ministerio de Comunas y con la Comisión de la Constituyente para el Fortalecimiento de la Democracia Participativa, las Comunas y los Consejos Comunales.
La idea de la Constituyente es reforzar los lazos entre pueblo y Estado, pero Lugo avizora una meta más lejana: “La intención al final es desmontar el Estado, eso lo decía el comandante Chávez: acabar con la burocracia, minimizar el Estado en lo posible. Sería lo ideal”.
“Pareciera una utopía, pero aquí estamos nosotros”, dice.