Declaran el 24 marzo Día del monseñor Oscar Arnulfo Romero en Los Ángeles

Fue asesinado de un disparo por criticar políticas de represión en El Salvador

Oscar Arnulfo Romero nació el 15 de agosto de 1917 en la localidad de Ciudad Barrio.

Oscar Arnulfo Romero nació el 15 de agosto de 1917 en la localidad de Ciudad Barrio. Crédito: EFE

El concejo municipal de Los Ángeles declaró el 24 de marzo como el día para recordar a monseñor Oscar Romero, arzobispo asesinado en 1980 en El Salvador que pronto será canonizado, según informó El Vaticano.

“Es importante que honremos la vida y mantengamos viva la memoria del arzobispo Oscar Romero para las generaciones actuales y futuras”, dijo a Efe Curren Price, concejal del Distrito 9 de Los Ángeles.

“Era una figura poderosa que servía como la voz de los sin voz, y representaba la esperanza, la compasión, la moralidad y la justicia”, agregó el político afroamericano, quien entregó un pergamino con la declaración a líderes salvadoreños.

Oscar Arnulfo Romero nació el 15 de agosto de 1917 en Ciudad Barrios, El Salvador, y fue asesinado de un disparo en el pecho por criticar políticas de represión del régimen militar de derecha que gobernaba el país.

El asesinato ocurrió cuando oficiaba una misa en la capilla del hospital de pacientes con cáncer La Divina Providencia, en San Salvador, el 24 de marzo de 1980.

El 7 de marzo último, el Papa Francisco anunció que “el beato Romero” será canonizado.

La declaración del “Día de monseñor Oscar Romero” es para enseñar que “todos deberíamos esforzarnos para ser más como él”, declaró Price sobre el religioso que denunciaba en sus misas los asesinatos y desapariciones de críticos del gobierno, acusados de ser “subversivos”.

Price contó que a principios de marzo viajó a El Salvador como observador internacional de las elecciones legislativas y municipales y conoció la “casita donde vivía” frente a la capilla donde lo mataron.

“Fue una experiencia educativa y reveladora”, declaró el concejal, quien regresó a la urbe angelina “con una apreciación más profunda” sobre la misión histórica acerca de Romero.

En Estados Unidos residen alrededor de 2,5 millones de salvadoreños, de los cuales en Los Ángeles vive aproximadamente medio millón.

Carlos Vaquerano, director ejecutivo del Fondo Educativo para el Liderazgo Salvadoreño Americano (SALEF, por su sigla en inglés), dijo a Efe que “desde hace 15 años”, junto a varias organizaciones gestionan ante el concejo municipal la aprobación del 24 de marzo como el “Día de monseñor Oscar Romero”.

“Este año estamos felices, porque ya es conocido que será santificado monseñor Romero y este es un buen momento para comenzar a celebrar”, declaró Vaquerano.

Por eso “es importante que los líderes de la ciudad de Los Ángeles reconozcan a un salvadoreño, a quien se le respeta a nivel mundial”, agregó el promotor del progreso de los salvadoreños estadounidenses a través de la educación.

Gil Cedillo, concejal del Distrito 1, conocido como “La pequeña Centroamérica”, dijo a Efe que la conmemoración anual de este Día “es la forma en que la ciudad celebra la vida de un activista que luchó por el progreso del pueblo salvadoreño”.

“Con una presencia tan fuerte de salvadoreños en Los Ángeles los concejales se unen a celebrar esta feliz ocasión del anuncio de la elevación a los altares de Romero”, declaró Cedillo.

El mártir salvadoreño fue beatificado en 2015 en la capital de El Salvador ante cientos de miles de devotos y presidentes de varios países, reunidos en la plaza Salvador del Mundo.

Imagen de esperanza

“Yo conocí a monseñor Romero cuando daba homilías en San Miguel [una ciudad en El Salvador] y hablaba en favor de la gente pobre… Si él tenía dos pantalones los regalaba y solo se quedaba con la sotana”, cuenta Reyna Lidia Guevara, quien vivió la violencia de su país en esa época.

La mujer, de 65 años de edad, cuenta a La Opinión que a pesar de los asesinatos y crímenes que se daban en el país centroamericano ella nunca perdió su fe. “En el año 79 la cosa se puso muy fea pero igual iba a la Catedral. El monseñor repudiaba todos los crímenes y la represión”.

La salvadoreña cuenta que los soldados calificaban a todos aquellos que frecuentaban las iglesias como ‘guerrilleros’. “Yo iba [a misa] por que a pesar de las circunstancias [monseñor Romero] nos daba mucho aliento… Nos decía que a pesar de que en cualquier rato podía morir, él estaba con el pueblo”.

Guevara aún recuerda con dolor que su padre fue asesinato el mismo mes y año que el beato. “Yo le tengo mucha fe, siempre le pido fuerza y que me ayude a seguir adelante”.

Y hasta ahora ha sido así. Debido a la violencia de la guerra civil, esta mujer salió huyendo de su país para refugiarse, junto a su madre y sus dos hijos, en Honduras y luego en Belize. En 1985 pisó EEUU.

Al preguntarle sobre la canonización del monseñor, confiesa que aunque a su parecer se demoraron mucho está feliz con la noticia. “Para nosotros [el pueblo salvadoreño] él era santo desde hace mucho tiempo”, asegura con fe.

Con información de Mey Lyn Mitteenn

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