Jalisco, entre su consolidación en el cine y el crimen organizado

El asesinato de tres estudiantes ha indignado a la comunidad

Los estudiantes fueron "levantados" el pasado 19 de marzo.

Los estudiantes fueron "levantados" el pasado 19 de marzo. Crédito: Agencia Reforma

MEXICO.- El asesinato de los estudiantes Daniel Díaz, Marco Francisco García y Javier Salomón, presuntamente diluidos en ácido por miembros del Cártel Jalisco Nueva Generación (CJNG), evidenció una confrontación indirecta que mantiene el crimen organizado y  la industria del cine en el estado que han empujado artistas, profesores, académicos y hasta el ganador del premio Oscar, Guillermo del Toro.

El séptimo arte requiere libertad de movimiento, registro de hechos y control de espacio; el CJNG, también.

En Jalisco, donde ocurrió el crimen, se produce una de cada tres películas en México —que como país ocupa el lugar 18 de exportaciones en industrias creativas— y poco  poco consolida una marca internacional como región donde representa entre el 5% del Producto Interno Bruto (PIB), según la Comisión de Filmaciones estatal.

La producción fílmica en Jalisco ha crecido en un 200% en los últimos cinco años: la producción promedio anual es de 15 a 20 películas, principalmente documentales y animaciones. En 2018, ya  suma cuatro películas y se proyecta que al final de año serán 25  e incluirá proyectos de cineastas de otros estados y países, China entre ellos.

La vulnerabilidad de esta actividad pone en afrenta a dos conceptos de país: el del México artístico que vio nacer a Del Toro o al  primer documental en Stop MotionInzomnia (Luis Tellez, 2014)  contra el México criminal que encubó a la par del florecimiento del CJNG, principal cartel de la droga y de las actividades ilícitas que en los últimos tiempos ocupa el impune lugar que tuvo durante décadas el Cártel de Sinaloa.

“Cine sí, violencia no’’, grita la principal consigna de las protestas que realizan los estudiantes paralelamente en Guadalajara y la Ciudad de México, frente a las oficinas estatales y federales.

Arte o muerte: uno no de los principales puntos del pliego petitorio  es  la exigencia de seguridad para los realizadores al salir a filmar.

“Ellos salieron a realizar un ejercicio y ya no van a volver, ya no van a filmar su realización ni van a entregar más trabajos en sus escuelas. Los estudiantes tenemos el compromiso de filmar discursos que denuncien y que correspondan a las necesidades de una sociedad, pero las autoridades tienen la obligación de protegernos” dijo Aldo Gutiérrez, alumno y vocero de la Universidad de la Comunicación.“Esto no puede seguir ocurriendo”.

Desde la capital mexicana hubo eco de apoyo. La directora del Centro Universitario de Estudios Cinematográficos, María del Carmen Lara, quien estuvo presente en la marcha del pasado martes, pidió a través de los medios de comunicación un ¡Basta de sangre, exigimos que este gobierno detenga los asesinatos!”.

Desde su trinchera, Del Toro declaró: “Las palabras no alcanzan para entender la dimensión de esta locura”.

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