Soluciones comunitarias para la incertidumbre financiera

Los titulares últimamente sugieren que la economía de EE. UU. avanza a buen ritmo: El desempleo está en su nivel más bajo desde antes de la Gran Recesión, los salarios están mejorando y la expansión económica que comenzó en 2009 está destinada a convertirse en el segundo período de crecimiento económico más largo de la historia de los EE. UU.

Pero la realidad es que la mayoría de los trabajadores todavía sienten una gran incertidumbre financiera. Casi el 50 por ciento de los trabajadores ganan menos de $15 la hora y están en el mercado de trabajo en busca de un trabajo mejor remunerado y significativo.

En Worker’s Lab, un acelerador con sede en Oakland que tiene como objetivo reconstruir la clase media estadounidense, sabemos que hay defensores y empresarios con buenas ideas para ayudar a los trabajadores y las comunidades a desarrollar su poder y salir adelante. Nuestro desafío es apoyar a estos líderes e invertir en sus ideas.

No hace mucho tiempo, un propietario de una granja en el Valle Central de California se comunicó con nosotros acerca de la dificultad de encontrar trabajadores confiables a través de contratistas. Por lo tanto, alentamos al productor a hacer una inversión en los trabajadores. Trabajando con abogados y defensores, negociamos un acuerdo cooperativo histórico entre el productor y 2,500 trabajadores. A finales de este año, este fideicomiso de los trabajadores garantizará que los miembros reciban un diez por ciento por encima del salario prevaleciente y un cinco por ciento de equidad en la empresa. A través del acuerdo de California Harvesters, los trabajadores y el productor ahora son socios en su propio éxito.

Organizaciones como California Harvesters, que comenzó a nivel local, están causando un gran impacto en las familias del Valle Central, lo que les da una oportunidad justa de encontrar y retener un trabajo significativo, lograr seguridad financiera y construir vecindarios económicamente vibrantes. Confío en que este tipo de trabajadores confíen y muchos de los otros esfuerzos que recibimos pueden tener éxito en más comunidades.

Entonces, ¿cómo tomamos lo que está funcionando, ya sean acuerdos de cooperación, nuevas estrategias de organización u otros enfoques, y les presentamos a más personas y lugares?

Por eso es un honor para mí participar en el Community Thrive Challenge, una oportunidad de financiación de $10 millones lanzada por la Fundación Rockefeller en asociación con la Iniciativa Chan Zuckerberg. Es un desafío nacional seguir los mismos principios de The Worker’s Lab: identificar y fortalecer las soluciones dirigidas por la comunidad. Seré uno de varios revisores en un panel que evalúe a los solicitantes que tengan soluciones orientadas a los resultados que amplíen las oportunidades económicas para las personas y comunidades de bajos ingresos y con inseguridad financiera.

Nos concentraremos en soluciones basadas en la comunidad como The California Harvesters, que tienen éxito porque están informadas y lideradas por las comunidades a las que sirven. Sus líderes saben mejor lo que necesitan para generar un impacto y, a menudo, ofrecen ideas o modelos que podrían aplicarse en otros lugares.

Las alianzas como la de la Fundación Rockefeller y la Iniciativa Chan Zuckerberg deberían ayudar a poner de relieve los enfoques pioneros que están logrando resultados y fortaleciendo la movilidad económica en sus comunidades, pero que no están obteniendo el apoyo financiero que necesitan. Con más recursos, estos esfuerzos pueden tener el potencial de cambiar el juego.

Es obvio que este Desafío no hará cambios inmediatos para nuestra economía, pero este es un gran paso en la dirección correcta. Pero es una buena señal de que dos fundaciones influyentes están saliendo de sus oficinas en Silicon Valley y la ciudad de Nueva York y están listas para aprender de las comunidades sobre las estrategias que ya están dando resultados para las personas que trabajan.

La Dra. Carmen Rojas es cofundadora y directora general de The Workers Lab, un laboratorio de innovación que invierte en empresarios, organizadores comunitarios y líderes gubernamentales para crear soluciones replicables y que generan ingresos para mejorar las condiciones de los trabajadores con bajos salarios. Durante más de 20 años, Carmen ha trabajado con fundaciones, instituciones financieras y organizaciones sin fines de lucro para mejorar las vidas de las personas que trabajan en los Estados Unidos.