Editorial: Cruel separación de familias migrantes
¿Cómo es posible justificar dividir familiar que piden asilo?
La política migratoria de “tolerancia cero” que separa a los hijos de sus padres es una acción cruel, que no consigue los objetivos buscados y además, es de dudosa constitucionalidad.
El primer estimado oficial indicaba que durante un período de dos semanas en mayo se separaron a 658 menores de edad -que pueden ser hasta menores de solamente dos años- de 638 adultos que fueron enviados para ser enjuiciados.
La cadena NBC reportó que ya se acababa el espacio en las estaciones fronterizas para los niños separados, porque el Departamento de Salud y Recursos Humanos(HHS) no da abasto para procesarlos.
Ante la separación, los menores son considerados de inmediato como que han ingresado sin acompañamiento. De ahí que son entregados a HHS para que los ubique en hogares a largo plazo. Se estima que la agencia federal tiene más de 100 instalaciones con cerca de 10,000 niños a lo largo del país.
Los gobiernos anteriores, cuando detenían a una familia en la frontera la deportaban o le daban una libertad condicional, mientras se consideraba su caso. La idea de llevar a la gente ante la justicia era considerada muy costosa y excesiva.
La administración Trump justifica la separación familiar, comparando el caso con el de un delincuente convicto de un delito que es separado de su familia. El propósito es causar un daño ejemplar para desalentar el arribo de más familias.
La diferencia es que no hay nadie culpable de nada al momento de la separación. Mucho más grave es cuando se ignora una solicitud de asilo para proceder a la división familiar.
Precisamente este trato, especialmente a los solicitantes de asilo, originó la protesta del Alto Comisionado de Derechos Humanos de las Naciones Unidas. La respuesta estadounidense fue incapaz de defender su propia política. Se limitó a acusar a la organización de tendenciosa, dijo que Estados Unidos otorga ayuda humanitaria y que puede hacer lo quiera fronteras adentro.
Al mismo tiempo, la jueza federal Dana Sabraw autorizó la continuación de una demanda de la Unión Americana de Libertades Civiles que acusa de inconstitucional la división de familias en la frontera.
La separación de los menores de sus padres conduce a un sadismo inútil. En vez de reducir los intentos de ingreso, estos están en un aumento drástico.
Se habla de 50,000 arrestos en mayo, un incremento de 160% en comparación al año pasado. El aumento de los unidades familiares que intentaron cruzar la frontera en mayo fue 435% superior al mismo mes en 2017.
No se termina de comprender que estas familias huyen de amenazas serias y reales, mucho peores que la separación.
Los mismos conservadores que hablan de los valores familiares son los que los destruyen de la manera más cruel.