“Iba a visitar a mi novio a EEUU y allá… ¡me quitaron la  visa!”

Los agentes migratorios además le revisaron todas sus pertenencias

La mujer se quedó sin visa estadounidense.

La mujer se quedó sin visa estadounidense. Crédito: Getty Images

MEXICO – El miedo que sintió Berenice N. el pasado 21 de agosto, cuando los agentes de migración en Estados Unidos le quitaron la visa por cinco años, fue tal que todavía teme revelar su nombre real y que nunca más le vuelvan a dar un visado y así la relación con su novio no tenga futuro.

“Lo conocí hace dos años en Atlanta, la relación iba bien y por eso yo lo iba a visitar”, dijo en entrevista con este diario ya de regreso en la Ciudad de México y con la ilusión rota después de hacer escala en Houston, Texas, donde fue retenida por las autoridades migratorias.

“Me detuvieron, me metieron a una sala por más de 24 horas, me quitaron pertenencias y revisaron datos personales de mi celular: mensajes, correo electrónico, fotos, conversaciones privadas… Al principio no quería darles el teléfono, pero por la forma en que insistieron me dio miedo en ese momento y lo entregué”.

Hace tiempo que la administración de Donald Trump tiene en la mira a los extranheros que entran al país legalmente: desde que en 2016 el Departamento de Seguridad Nacional (DHS) detectó a más de 600,000 personas visadas que se quedaron.

El dato, visto desde un prima estadístico, significa que dos de cada cinco inmigrantes indocumentados llegaron al país con sus visas en regla.

Berenice nunca se quedó. Siempre vio sus entradas y salidas de Estados Unidos como una forma de tener dos casas: lo había hecho desde pequeña, sin ningún problema o altercado, allá vivió, estudió y conoció a su novio en Atlanta: entraba con visa, pasaba ahí todo el tiempo que le autorizaban, regresaba a México unos díaS y volvía a entrar.

Por eso le sorprendió la detención: “Primero no me caía el veinte, en otras ocasiones también me habían detenido, pero nunca hubo problema, cuando pasaron las horas, primero me preocupé porque perdería el vuelo, pero después ya no entendía qué estaba pasando. Sentí frustración, enojo, tristeza, coraje. Tenía boleto de regreso, ¡esta vez sólo me quedaría por dos semanas!”.

Berenice no estaba al tanto que desde el mes de agosto pasado entró en funcionamiento un nuevo programa de reconocimiento biométrico implementado por el Departamento de Seguridad que, a través del reconocimiento facial para crear una base de datos más precisa de los movimientos de entradas y salidas.

“Probablemente me pasaron por ese sistema”, calcula un mes después de los hechos. “En las salas de rechazados  éramos puros latinos esperando a ser regresados. A otra chica abogada que también iba a visitar a su novio, la insultaron diciéndole que se iba a prostituir: fue indignante”

En espera de su novio, quien la visitará en estos días, Berenice se pregunta cuánto afectará la nueva política migratoria a su vida. “El está trabajando y haciendo una maestría y por eso era más fácil cuando yo podía ir: ahora tenemos que esperar que salga de vacaciones y pues… son temporadas largas!

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