Clínicas de diálisis en la mira por la Prop. 8

Trabajadores indican que de aprobarse la medida, estas cerrarían causando estragos en los pacientes

El trabajador Ricardo Ponce (i) junto a un paciente de diálisis. / foto: suministrada.

El trabajador Ricardo Ponce (i) junto a un paciente de diálisis. / foto: suministrada. Crédito: La opinion

Ricardo Ponce, un trabajador social de 51 años de edad que nació en Tijuana, México, y que ha trabajado los últimos tres años de su vida en la clínica de diálisis Da Vita en Oxnard, dice saber de los riesgos fatales que podría acarrear la Proposición 8.

“La verdad es que veo que la Proposición 8, aumentaría mucho más el sufrimiento a los pacientes de diálisis”, señaló. “Muchos de ellos ya enfrentan problemas de transporte y con el probable cierre de clínicas, si fallan al menos una vez al tratamiento de diálisis, su riesgo de muerte aumenta en un 33%”.

En la clínica DaVita Kidney Care Channel Islands de Oxnard donde labora Ricardo, el personal que incluye a doctores, enfermeras, nutricionistas, técnicos y trabajadores sociales atienden a un promedio de 90 individuos a la semana. Cada paciente recibe tres sesiones de diálisis semanales; cada una dura cuatro horas como promedio.

“Si las personas no tienen una clínica de diálisis cercana a su hogar, morirán en un hospital, porque ahí solamente están preparados para atender cuando mucho a unas 15 personas”, comentó el trabajador social.

“Nosotros [como clínica] sí estamos preparados para hacer las diálisis”.

Casi 70,000 pacientes en este tratamiento

De acuerdo con el Foro de la Red de Enfermedades Renales en Etapa Terminal, a finales de 2016 —el año disponible con información más reciente— había 68,585 pacientes de diálisis en California. Y la mayoría de los enfermos renales reciben atención en una de las cerca de 600 clínicas ambulatorias de diálisis de la comunidad en todo el estado.

Para sobrevivir, los pacientes reciben tratamientos tres días a la semana, a fin de que los riñones trabajen para filtrar la sangre y eliminar líquidos y toxinas del cuerpo.

Dicho informe señala que la cantidad de pacientes que necesitan diálisis está creciendo a un ritmo muy rápido, casi el 5% por año en California.

Y en un momento en que la demanda está creciendo rápidamente y que los pacientes ya tienen dificultades para encontrar clínicas de diálisis cerca de casa con horarios convenientes, la Proposición 8 limitaría el acceso a la atención y pondría en peligro la vida de los pacientes.

Por lo anterior, el rechazo a la Proposición 8 no es en vano, porque de acuerdo con Ricardo Ponce, quienes propusieron la medida no consideraron todo el cuidado que se debe facilitar a los pacientes, desde el primer momento en que se les detectan fallas en los riñones.

“A todos tenemos que ayudarles a que se vayan acostumbrando a un nuevo estilo de vida con la diálisis”, expresó.

“Es un proceso triste y difícil para los pacientes porque su vida va a cambiar para siempre, desde no poder manejar, hay un cambio en las relaciones de esposos, con los hijos… Todo cambia”.

Incluso, algunas personas tendrán que dejar de trabajar y, aquellos que aún lo seguirán haciendo, deberán negociar con sus patrones y sus seguros médicos sus visitas continuas a la clínica de diálisis.

Dijo que, si la Propuesta 8 no es derrotada, con el presunto cierre de clínicas, los enfermos con insuficiencia renal que vivan en Ventura tendrían que viajar hasta Camarillo, a 17 millas de distancia, pero en autobús —para aquellos que no tienen automóvil— el tiempo en autobús sería en promedio unas cuatro horas de ida y cuatro de retorno, a las que se sumarian otras cuatro horas que dura una sesión de diálisis.

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