El precio del carro es solo uno de los costos
La clave no es solo buscar el momento de precio más bajo sino reducir el esfuerzo financiero en conjunto
Seguramente ha oído decir que es mejor comprar boletos para viajar en avión los martes porque son más baratos.
Y que hay que esperar a comprar la televisión tras la presentación de novedades en la conferencia de tecnología electrónica de las Vegas, CES en enero.
O que enero y febrero son buenos meses para comprar un auto porque se ponen en el mercado los nuevos modelos a precios que son algo más bajos que al final del año.
Se puede tener el calendario en la mano y buscar ofertas cuando los aires de cada mercado sean más propicios pero también se puede gastar lo justo y necesario –ni un centavo más– de otras maneras. ¿Cómo? Preparándose para hacer la compra en el mejor momento financiero del comprador y con los mejores recursos.
No se trata de que algo esté barato sino de que el comprador esté en buena forma financiera para hacer la transacción. Y esto es especialmente importante en compras como la del carro, ya que se compromete buena parte del capital familiar o se contrae deuda. Y estar en forma con respecto a las compras no solo es tener el dinero sino hacerlo de la forma menos gravosa, reduciendo el esfuerzo financiero que haya que hacer.
Para ello desde el Fondo de Garantía de Depósitos (FDIC) propone que se haga una revisión de lo siguiente.
- Presupuestar la propiedad del carro. El precio es solo una parte del costo de un auto. Hay que saber si se puede pagar el resto de los costos asociados como impuestos, comisiones, el título, las averías, las revisiones, la gasolina, el seguro, las comisiones de registro, el cambio de ruedas cuando llega el momento o el aparcar. Hacer un presupuesto detallado del costo mensual ayuda a entender mejor si se puede hacer el gasto.
- Tener claro cuántos servicios comprar. Hay servicios y garantías que hay que repasar si se necesitan, de la misma manera que hay que considerar prestaciones del carro como la alarma, el GPS, el estéreo, ruedas especiales. Todo ello incrementa el costo.
- Verificar la calificación crediticia. Cuando se pide un préstamo para una compra las condiciones de este van a venir determinadas por la calificación crediticia de quien lo solicita. Cuanto más alta sea esta, por encima de los 740, mejor tasa de interés se va a conseguir porque se entiende que el riesgo de prestar dinero es bajo. Revise su informe crediticio, del cual se deduce su calificación por si acaso hay errores. Se puede conseguir este informe gratuitamente en www.annualcreditreport.com. Si la calificación es baja es mejor esperar a mejorarla antes que enredarse a medio o largo plazo en un préstamo caro.
- Co-firmantes. Si la calificación crediticia no es buena o no se tiene pero aún se necesita un préstamo, la alternativa es que alguien se haga corresponsable por el préstamo como cosignatario. Quien extienda el crédito se fijará en la historia crediticia de la persona que confirma el préstamo. Ahora bien, hay que considerar que este es un favor muy arriesgado para el cosignatario porque es la persona responsable de pagar si el titular no lo hace y si hay morosidad en los pagos es su calificación crediticia la que sufre.
- Buscar el mejor préstamo. De la misma manera que se comparan precios de carros hay que comparar ofertas de crédito. El FDIC aconseja tener una preaprobación para un préstamo por parte de varias instituciones financieras para que compitan entre ellas y se puedan negociar mejores condiciones. No hay que quedarse solo con la oferta del concesionario que normalmente tiene un contrato con un prestamista. Es bueno conocer lo que ofrecen varios y decantarse por lo más conveniente.
- Conocer todos los costos del préstamo. Por obligación legal los bancos deben proveer a los consumidores información del préstamo antes de aceptarlo. Eso incluye el detalle de los costos que serán financiados, la tasa anual (APR), el calendario de pagos y el número de estos además de las comisiones y penalidades por pago tardío.