Demandan a la diócesis de Orange por encubrimiento a sacerdote

La querella también está demandando al sacerdote John E. Ruhl acusado de abuso sexual

Arriba algunos de los detalles de los lugares donde predicó el sacerdote John E. Ruhl, acusado de abuso sexual. (Foto suministrada.

Arriba algunos de los detalles de los lugares donde predicó el sacerdote John E. Ruhl, acusado de abuso sexual. (Foto suministrada.  Crédito: Impremedia / La Opinión

Entablan una demanda de abuso sexual contra la Diócesis del Condado de Orange y el padre John E. Ruhl como principal perpetrador que abuso a un menor de edad, pero de quien no sabe exactamente todo su historial y actualmente ni su paradero.

Mike Finnegan, abogado de la firma que representa a la víctima, quien aparece en la demanda con el nombre de John Doe 1000, indicó que la querella fue presentada en la Corte Federal del condado y lo que se busca es que la diócesis sea transparente y revele toda la información sobre el acusado.

Según las investigaciones de la firma de abogados, el acusado podría estar en Chicago, pero no hay muchos detalles al respecto.

La demanda, de 38 páginas,  que fue anunciada en una conferencia de prensa el día de ayer en Santa Ana, establece que la víctima fue abusada sexualmente de 1988 a 1990 -en repetidas ocasiones- por el padre John E. Ruhl, en la escuela católica St. Joseph, en la ciudad de Placentia.

De acuerdo a la demanda, la familia de la víctima pensaba que estableciendo una buena relación con el sacerdote, esto sería una influencia positiva en la vida de su hijo, no obstante, terminó abusando de él en por lo menos dos años.

El padre había llegado a Los Ángeles en 1967 para luego mudarse al condado de Orange en 1978 y finalmente ser aceptado por la diócesis de Orange en 1983, donde más tarde abusaría de la víctima.

Para 1993 se asume que la diócesis ya sabía de ciertos casos de abuso sexual del padre ya que en un memorándum que acompaña a la querella entregada a los medios, se lee que el padre John Ruhl había sido sometido a un detector de mentiras en donde había revelado que había victimizado a otros menores. Esta información había sido compartida con Monseñor John Urell, canciller de la diócesis. “Un administrador de alto rango”, expresó el abogado Finnegan, quien enfatizó que es imperante saber el nombre de las víctimas y el saber dónde están.

Ya para ese tiempo,  de acuerdo al abogado Finnegan, la diócesis había puesto en estado inactivo al sacerdote Ruhl; pero desde entonces se sabe muy poco sobre las actividades del acusado. Inclusive, lo que hasta ahora se sabe es que posiblemente se encuentre en Chicago.

Según investigaciones de la firma legal, en el 2016 fue removido del ministerio de la diócesis bajo la clasificación de oración y penitencia, pero no saben exactamente si es que el sacerdote tiene derecho a predicar, o qué es lo que hace en dicho estado.

El abogado también subrayó que es difícil de creer a la diócesis por su historial de encubrimiento ya que en el 2016, la institución religiosa dio a conocer los nombres de 16 personas que habían sido señaladas como abusadores sexuales, no obstante, dentro de sus investigaciones, Finnegan dio a conocer una lista a finales del año pasado con 72 nombres de sacerdotes involucrados en algún tipo de acusación sexual de la institución.

Los demandantes exigieron más transparencia y cooperación por parte de la diócesis.

Manny Vega, un sobreviviente de abuso sexual y policía retirado, indicó la importancia de sacar toda la información a la luz para que se evite poner a más menores en riesgo.

“Como víctima de abuso sexual por un sacerdote, sé de la importancia de que toda la información salga a la luz. Yo fui abusado desde que tenía 10 años y hasta que cumplí 15. Cuando miro al pasado trato de recordar y entender por qué pasó, cómo pasó o por qué la iglesia permitió que sucediera. Ahora como adulto y como policía retirado que investigaba casos de abuso sexual, sé de la importancia de lo que estamos haciendo hoy”, siguió.

“Es importante que todo lo que sucedió en el pasado contra los menores salga a la luz. Es importante que la iglesia sea responsable de lo que pasa. Hay individuos protegiendo a los perpetradores. La Diócesis de Orange es una de las agencias que está protegiendo a este individuo (Padre. John E. Ruhl).  La diócesis necesita ser transparente de todo lo que pasa a los menores. Los abusadores sexuales no paran y siguen abusando. [Sin revelar toda la información sobre los abusadores] ahora seguramente se está poniendo a algunos niños en riesgo”, expresó Vega.

Lo que la demanda busca es:

  • Que la diócesis de a conocer lo que sabe de los abusos del padre Ruhl.
  • Explicar a las víctimas del por qué, el padre, conociendo su historial, fue aceptado para trabajar en la diócesis de Orange.
  • Que la diócesis explique dónde está el sacerdote acusado y qué se está haciendo la diócesis para proteger a los menores. ¿Cómo es que la oración y la penitencia protege a los menores?

Al cierre de esta edición, la diócesis de Orange no había contestado a nuestros llamados.

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