Bernie Sanders pisa fuerte en LA y pide ciudadanía para los Dreamers
El candidato visita la ciudad como parte de su campaña y cientos acuden a apoyarlo a Grand Park
Bernie Sanders se comprometió este sábado en Los Ángeles a terminar la revolución política que comenzó en 2016 para ganar la nominación presidencial por el Partido Demócrata, derrotar a Donald Trump en las elecciones de 2020 y darle un vuelco a la historia de Estados Unidos.
Frente a casi 15,000 simpatizantes congregados en el céntrico Grand Park, el político socialista demócrata de 77 años de edad expresó que su campaña no solamente se trata vencer “al más peligroso presidente en la historia [Donald Trump] sino en transformar nuestra economía y un sistema que trabaje para todos, no solo para el1%”.
Sanders, quien presentaba un enorme parche en la cabeza, debido a un golpe reciente contra la puerta de una ducha, mostró con su poder de convocatoria que California será un bastión primordial en sus aspiraciones por obtener la nominación demócrata a la reconquista de la Casa Blanca, sobre la base de principios de justicia económica, social, racial y ambiental.
El político expuso que en Estados Unidos nadie debería ser juzgado en base al color de la piel, género, religión, orientación sexual y convocó a sus partidarios a luchar “contra quienes nos quieren dividir” mediante el racismo sexismo, xenofobia y fanatismo religioso.
“Esta campaña es exactamente [todo] lo contrario”, expresó. “Nosotros vamos a atraer a nuestra gente unida, blancos, afroamericanos, asiáticos, latinos, hombres y mujeres, gays y heterosexuales e inmigrantes”.
Dijo que como presidente de los Estados Unidos, no tendrá palabras amables que decir respecto de los líderes autoritarios de todo el mundo que defienden el fanatismo y el odio.
“Juntos haremos de Estados Unidos el líder mundial en la lucha por la democracia y los derechos humanos”, aseveró.
En una parte de su largo discurso, Sanders dijo que, de llegar a la presidencia en el año 2020 habría una reforma migratoria integral con camino a la ciudadanía y legalización para los 800,000 de jóvenes receptores del programa DACA que fueron traídos a Estados Unidos por sus padres cuando eran pequeños.
De la misma forma, fue aplaudido cuando dio a conocer que trabajaría por legislación para no entorpecer los procesos de petición de asilo, además de impedir que niños sean separados de sus familias en la frontera ha sucedido recientemente con la administración Trump.
“Me gustó que haya dicho que si es presidente no va a separar familias”, comentó Miguel Carrillo, profesor de secundaria en Woodland Hills. “También me agrada que haya dicho que trabajaría para reducir la deuda de los estudiantes que fueron a la universidad y están endeudados”.
Declarado abiertamente en contra de las grandes corporaciones que controlan Wall Street, la economía y la política del país y “tienen en el fondo a la mitad de la población”, Sanders dijo que su campaña no aceptará dinero de los multimillonarios.
“No aceptaremos tampoco que tengamos 30 millones de estadounidenses sin seguro médico o sin seguro”, expresó. “Tampoco aceptaremos que el 45% o el 65% del ingreso de la gente de bajos recursos se vaya en impuestos o el pago de vivienda a los bolsillos del 1%”.
El veterano político recordó que sus llamadas “ideas radicales” como el salario mínimo de $15 dólares ya se implementan en cinco estados -incluido California-, también abogó por matricula gratuita para los colegios, menos restricciones para que los trabajadores del país puedan sindicalizarse, cuidado de niños accesible cuando los padres trabajan y Medicare para todos.
“Lo que me gusta de Bernie Sanders es que su programa de gobierno pone primero los intereses de la gente, antes que las ganancias de las corporaciones”, observó Matt Romain, un carpintero.
“A mi me agrada que apoya a so estudiantes DACA”, expresó su esposa, Natasha Noriega.
Sanders visita este lunes San Francisco.
Contra el odio racial
Como lo hizo durante una visita por la mañana a una mezquita de Koreatown, Sanders se manifestó en contra del odio racial y recordó a las víctimas de la matanza en Christchurch, Nueva Zelanda, perpetrada por un supremacista blanco.
“Cuando hablamos de justicia, haremos todo lo que podamos para acabar con el fanatismo en el país y en el mundo”, dijo el senador de Vermont. “Desde que [Donald] Trump ha sido presidente hemos visto un aumento significativo de crímenes de odio contra afroamericanos, la comunidad judía, la comunidad gay, la comunidad de inmigrantes y musulmanes”.
De inmediato aclaró que el fenómeno de la violencia no es exclusivo de Estados Unidos sino de todo el mundo, “como la indignante matanza de musulmanes en Nueva Zelanda”.