Qué es la artoscopia de rodilla y cómo se realiza esta cirugía
Muchos deportistas optan por este método debido a sus resultados positivos y a la corta recuperación
El dolor o malestar en la rodilla es un padecimiento bastante común en las personas de mediana edad. Sin embargo, la posible solución de esta dolencia no siempre es sencilla. Para mayor precisión, eficacia y rapidez, en ocasiones es necesario recurrir a la artoscopia.
¿Qué es la artoscopia?
Es una pequeña intervención quirúrgica que resulta mínimamente invasiva, y permite dar respuesta a muchas dolencias en la rodilla.
Consiste en la introducción de una cámara de tamaño reducido, a través de una incisión en la articulación, que dará la posibilidad de que los médicos vean el interior de la rodilla, por medio de una pantalla, y así puedan intervenirla desde el exterior.
Este procedimiento se usa para problemas que no pueden solucionarse con la prescripción de medicina y el descanso, tales como las lesiones en el menisco y los ligamentos cruzados.
Cómo es el procedimiento
Debido a la simplicidad de la cirugía se suele administrar anestesia local que, si bien te mantendrá despierto durante la intervención, producirá la perdida de toda sensación de la cadera a los pies. El cirujano realizará entre dos o tres incisiones de menor tamaño. Una será destinada a la cámara y las otras serán el canal para las diminutas herramientas.
El siguiente paso es inflar la rodilla con solución salina para tener espacio de maniobra. Una vez que tienen todo el equipo dentro de la articulación, comienza la reparación del daño que presente la rodilla.
El cirujano maneja las herramientas quirúrgicas desde el exterior, y se va guiando en el proceso por una pantalla que transmite las imágenes del interior de la rodilla. Cuando se soluciona el daño y la rodilla queda en buenas condiciones, proceden a quitar las herramientas y a extraer la solución salina.
Finalmente, se suturan las incisiones y el paciente está listo para salir del quirófano.