¿Por qué el queso fresco es la mejor manera de consumir lácteos?
Aunque no se puede almacenar por mucho tiempo es el mejor entre los tipos de queso
El queso fresco, a diferencia del queso curado o semicurado, ofrece múltiples beneficios que te acercan más a una alimentación natural y nutritiva.
Es bajo en contenido calórico y graso al por no pasar por un proceso de maduración, conserva más el suero de la leche; es más blanco y blando, ya que contiene abundante agua.
Rico en proteínas y vitaminas
El queso fresco, al no poseer grasas (saturadas) te ofrece proteínas, minerales y vitaminas que sacian tu organismo. Además, te ayuda en la pérdida de peso gracias a su menor aporte energético.
Ideal para cardíacos e hipertensos
Por ser rico en potasio y por su cantidad reducida de colesterol y grasas, el queso fresco ayuda a personas con afecciones cardíacas.
Puedes obtener este queso, ya sea de vaca, oveja o cabra. Entre ellos existen distinciones, porque la leche de estos animales es diferente, pero sin importar el animal, este queso es el más nutritivo entre los lácteos. Sin embargo, te recomendamos consumir el queso fresco de vaca, porque contiene menor cantidad de colesterol y sodio.
Ya sabes que todos los quesos no son iguales, recuerda elegir siempre el queso fresco cuando vayas al mercado. Y aunque no dure mucho tiempo, por ser muy acuoso, puedes consumirlo fresco y mantener una alimentación saludable.