‘Jonathan fue balaceado al estilo de las pandillas’

Abogado de la familia de Jonathan Daniel Vargas denuncia que alguaciles del condado de Los Ángeles le quitaron la vida de 13 balazos al joven latino son parte de una pandilla llamada Bandidos

Lisa Vargas, madre de Jonathan, junto al abogado Humberto Guízar. (Jorge Macías)

Lisa Vargas, madre de Jonathan, junto al abogado Humberto Guízar. (Jorge Macías) Crédito: Jorge Macias / Impremedia

Dos disparos a la cabeza. Una bala entró por la oreja izquierda y otra penetró un hueso del cráneo, por detrás de la cabeza y el proyectil salió por la boca, además de otros 11 disparos en el torso son parte del resultado de la autopsia practicada a Jonathan Daniel Vargas, el joven latino de 21 años de edad que fue abatido el 12 de agosto de 2018, presuntamente a manos de los alguaciles del condado de los Ángeles, Nikolis Pérez y Jonathan Rojas.

Durante una rueda de prensa, el abogado Humberto Guízar reveló los resultados de la autopsia practicada el 17 de agosto de 2018 al cuerpo de Anthony, asesinado en el Este de Los Ángeles después de una llamada del robo de un reloj a un hombre en una tienda Seven/Eleven.

Según su madre, Lisa Vargas, él había sido invitado a una parrillada con sus amigos en el proyecto de vivienda comunitaria Nueva Maravilla, en el Este de Los Ángeles, y regresaba a casa, a eso de las 2:00 de la madrugada.

Familiares, amigos y activistas piden justicia a la muerte de Jonathan. (Jorge Macías)

“Anthony huyó por miedo [de los agentes] y ellos lo mataron al estilo pandillero”, dijo el abogado Guízar. “Ellos, de ninguna manera pueden justificar que hubo confrontación si le dispararon a la cabeza y por la espalda; tampoco tienen manera de comprobar que le encontraron un arma debajo de la ropa. Es imposible disparar hacia atrás y correr al mismo tiempo”.

Oficialmente, el Departamento del Sheriff del condado de Los Ángeles, dijo a la prensa que la víctima peleó con los agentes y alegan que Vargas sacó un arma durante el enfrentamiento. Hasta ahora se desconoce qué clase de arma supuestamente traía; tampoco se ha dado a conocer ningún informe de balística.

“Durante el altercado físico entre el sospechoso y los dos oficiales que respondieron, el sospechoso recuperó un arma de fuego de su cintura, temiendo por su seguridad, ambos agentes dispararon sus armas contra el sospechoso”, dijo un comunicado de prensa del alguacil, en el que aseguraron que recuperaron de la escena un arma de fuego semiautomática.


La pequeña Aurora, de 10 años, pidio al sheriff dejar de afectar familias. (Jorge Macías)

Guízar dijo que después del trágico deceso de Anthony Vargas, “los agentes han intimidado a mi cliente [Lisa Vargas] y a la familia; van y le tocan la ventana y la persiguen; no voy a inventar cosas para crear una sensación pública, sino que es un reclamo muy serio”.

El abogado indicó que obtuvo el reporte de la autopsia “antes que ellos evitaran que lo hiciera público, y en estos momentos el condado está peleando duro para que yo no obtenga más información y quieren que la corte ponga una restricción porque dicen que ocho meses después aún siguen las investigaciones criminales.

En el reporte original, siguió el abogado, dicen que mi cliente sacó una pistola y yo pienso que le fue plantada, él nunca tuvo acceso a ninguna armar; y dicen que también peleó, pero ninguna bala le dio de frente. ¿Cómo justifican que estaba armado, si todas las balas le dieron directamente atrás de la espalda, al estilo mafia?”.

A un costado de Guízar, quien explicó con diagramas la trayectoria de cada una de 13 las balas, Lisa Vargas, la madre de Jonathan Daniel escuchaba y se estremecía de dolor.

“Es la primera vez que oigo como lo mataron, pero yo tengo todavía muchas preguntas”, dijo la afligida mujer, quien fue acompañada por varios miembros de la familia, incluyendo a la pequeña Aurora, de 10 años, quien sostenía un cartel con un ángel que dibujó y que decía: “Alto. Policía del Este de Los Ángeles de dañar a mi familia”.

La familia Vargas ya ha entablado una demanda judicial en contra del Condado de Los Ángeles, de quien depende el Departamento del Sheriff (LASD), por una suma de dinero no especificada, sino que dependería de un jurado si el caso llega a juicio. Hasta ahora, ha sido en vano para ellos obtener un video de vigilancia del complejo de apartamentos ubicado en la esquina norte de la Avenida Mednik y Floral Drive.

“Mi nieto no era ningún pandillero; era una buena persona que ayudaba a los niños que no tenían papa y los llevaba a pescar”, indicó Yolanda Aguilar, abuela de Jonathan.

“Mi nieto no era ningún pandillero; era una buena persona que ayudaba a los niños que no tenían papa y los llevaba a pescar; además de ayudar a la gente, era un buen cristiano”, indicó Yolanda Aguilar, abuela del ahora occiso.

Por su parte, Lisa Vargas, quien trabaja para una organización que defiende a mujeres maltratadas y a quienes son víctimas del tráfico humano, dijo a La Opinión que no va a descansar nunca hasta que logre justicia.

“No puedo dormir desde aquella fecha; me despierto de madrugada y solamente pienso en mi hijo”, declaró. “Yo tengo fe en Dios que habrá justicia; tengo tanto dolor que hasta el poquito pedazo de corazón que tenía ya está muerto”.

Por su parte, Carlos Montes, un activista del Centro Comunitario CSO, expresó que “a cada rato [los alguaciles] asesinan a los muchachos, como a Edwin Rodríguez, en febrero de 2016 o a Carlos Olivas, en 2015”, dijo. “Los Sheriffs en el Este de los Ángeles son unos matones”.

Al cierre de esta edición no se había recibido una respuesta del sheriff sobre el supuesto grupo identificado como los ‘Bandidos’ dentro de la organización.

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