Navegadores de la salud en California proveen información a inmigrantes
Son un apoyo para la comunidad y educan sobre los beneficios médicos en California
En un momento donde la salud de los californianos —con o sin documentos legales— se ha vuelto un tema vital en el estado de California, los “navegadores de salud” se han convertido en una pieza fundamental para solicitar al complicado sistema de cobertura de salud.
La misión del programa es la de guiar, informar y apoyar a los individuos que necesitan cobertura médica. Al mismo tiempo, los navegadores o abogados de salud se encargan de desmitificar información que llega a los oídos de los pacientes y que no siempre es correcta, como los servicios a los cuales pueden calificar sin ser perjudicados.
Afortunadamente, el futuro de estos trabajadores de salud —que hasta hace poco estaba en jaque— se ha esclarecido tras la aprobación del presupuesto estatal firmado, el 27 de junio, por gobernador Gavin Newsom.
Este incluye $60 millones para el trabajo que realizan los navegadores.
“Los centros de abogacía y navegación del sistema de salud son necesarios. No solo ayudamos a las mujeres embarazadas o sin documentos migratorios, sino también a las mujeres embarazadas ‘homeless’ [sin hogar], hombres y ancianos. Hace falta gente que luche por ellos”, señaló Lynn Kersey, directora ejecutiva de Maternal and Child Health Access (MCHA) en Los Ángeles, una organización de abogacía, educación, entrenamiento y servicios de salud para mujeres y sus familias.
Una de sus clientas es María López quien emigró de su natal Guatemala hace 13 años y tanto ella como su esposo son indocumentados. Hace tres años nació su hija Magali y mientras estaba embarazada, recibió los servicios de salud completa de Medi-Cal.
Tras dar a luz, se quedó con el Medi-Cal de emergencia —un servicio que paga los costos médicos solo en caso de emergencia en hospitales— pero dijo que prefiere no usarlo “por las dudas”.
Ella se refiere al temor que muchos inmigrantes tienen de ser considerados una “carga pública” por el gobierno federal y que posiblemente pudiera afectarles en el futuro si se llegara la oportunidad de arreglar su estatus migratorio.
Magali, como ciudadana estadounidense, es beneficiaria de Medi-Cal completo.
María, de 44 años, también se niega a pedir estampillas de comida—beneficio del que podría beneficiarse su hija—o solicitar My Health LA, un programa que complementa el Medi-Cal de emergencia y ofrece a los pacientes la posibilidad de contar con un médico de cabecera.
“Hemos oído muchas cosas, y muchas cosas que al final no son ciertas. Yo oí en la tele que nos pueden deportar a nuestro país y si eso pasa, la niña se va a quedar solita”, expresó María recientemente.
La situación de la guatemalteca no es ajena a la de miles de mujeres indocumentadas latinas en Estados Unidos quienes postergan y descuidan su salud reproductiva, lo que a su vez impacta a quienes la rodean.
“Muchas mujeres inmigrantes no visitan al médico hasta que están embarazadas, y por ello es importante aprovechar ese momento,” indicó Kersey.
El Medi-Cal por embarazo caduca un poco después de los 60 días de haber dado a luz y las mujeres pierden la cobertura de servicios completos, explicó Kersey. Por esta razón, el embarazo es “la puerta de entrada” en cuanto a la salud de la mujer.
“Cuando las mujeres están embarazadas reciben cobertura de salud comprehensiva, todo lo que necesiten, sin importar su estatus migratorio”, señaló Kersey. “Hay mucho que se descubre durante el embarazo, que quizás la mujer desconocía”.
Organizaciones como MCHA también ayudan a inscribir a quienes son elegibles para Medi-Cal pero por alguna razón no lo han obtenido.
“María López, aunque se mostró renuente a solicitar Medi-Cal en un momento dado, lo hizo”, dijo Celia Valdez, directora de inscripción y alcance con MCHA. “María indicó que no quería solicitar CalFresh a pesar de saber que su familia es elegible. Ella dijo que su marido estaba en contra”.
Todo inmigrante indocumentado en Estados Unidos vive con la ilusión de que algún día pueda ajustar su estatus migratorio y por eso temen utilizar beneficios gubernamentales que pudieran afectarles, añadió Valdez.
“Muchas mujeres llegan creyendo que si utilizan el Medi-Cal o cualquier otro beneficio pueden deportarlos, quitarles a sus niños, la casa, incluso reclutar a sus hijos en las Fuerzas Armadas”, contó Valdez aseverando que estos comentarios los escucha a diario.
Añadido a este temor, hay casos donde los pacientes no solo tienen la barrera del idioma, sino que tampoco saben leer ni escribir.
“Muchas veces las personas pierden su Medical simplemente porque no lo renuevan, o cometen errores al llenar la aplicación”, explicó Valdez.
Cada mes, el MCHA conecta alrededor de 950 personas a diferentes servicios de los cuales primordialmente es la inscripción para el seguro médico con la asesoría de navegadores de salud.
Pacientes con distintos historiales reciben ayuda
Roxana Gaspar, otra de las pacientes de MCHA, quien llegó de Guatemala hace 25 años y desde hace 23 años que atiende a MCHA, no sólo para renovar sus beneficios, sino también para las clases y talleres informativos. La inmigrante tiene dos hijos de 22 y de 23 años.
“Dios me la puso en mi camino”, aseguró Gaspar refiriéndose a su trabajadora social Debbie Winski quien desde el primer momento que la vio con su bebé de 20 días de nacido se ofreció a informarla.
“Debbie me vio cuando le daba soda al bebé y se me acercó a hablar… Yo no sabía lo que estaba haciendo.”, reconoció Gaspar.
Gaspar, quien tiene diabetes tipo 2, cuenta con Medi-Cal de emergencia y está en el proceso de obtener My Health LA para complementar la cobertura con servicios médicos primarios. En MCHA la ayudan a aplicar para diferentes beneficios y la asesoran en temas de salud.
“Por ejemplo, me ayudaron a conseguir el ‘lápiz’ para la diabetes, porque yo no calificaba, pero tampoco podía usar las agujas (insulina). A cada rato me cambian la medicina. Yo no sé leer y muchas veces ni sé qué tengo que tomar”, explicó Gaspar. “Yo no tengo nada. Vivo sola con mis perritos y a veces sólo puedo comer una vez al día”, compartió.
Margarita Valdez es otra de las latinas que mantienen su relación con el centro, a pesar de que sus hijos ya son adultos.
“Llegué (a MCHA) cuando mis hijos mayores eran pequeños, hace más de 15 años”, recordó Margarita, cuyos hijos en la actualidad tienen 20 y 23 años de edad.
La inmigrante, que llegó de Hidalgo, México, en 1994, sigue visitando el centro ahora con sus hijas menores de 5 y 7 años de edad por los talleres informativos, clases de desarrollo personal e inclusive obras de teatro que ofrecen. MCH ofrece actividades y cuidado de niños, mientras sus madres asisten a los talleres.
“Cuando llegué, le tenía miedo a todo, pero gracias a estas clases, aprendí a hablar. Aquí recibo un apoyo permanente. Mis hijos tienen muy buenos recuerdos de venir al centro”, compartió Margarita.
$60 millones en fondos para navegadores de salud
El presupuesto firmado por el gobernador Newsom el jueves incluye $60 millones para los navegadores de salud del estado de California por un periodo de dos años.
En marzo, una coalición de organizaciones de salud a nivel estatal, que incluye a MCHA, envió una propuesta a la Asamblea de Presupuesto de la Comisión de Salud y Servicios Humanos pidió $15 millones del fondo general estatal por dos años—equivalente a $30 millones—los cuales serían igualados por el fondo federal haciendo un total de $60 millones para “restablecer y continuar la divulgación, inscripción, retención el uso de asistencia para Medi-Cal”.
Un estudio del centro de trabajo de UC Berkeley reveló que desde la implementación de la Ley del Cuidado de Salud Asequible (ACA por sus siglas en inglés) en el 2014 la tasa de personas no aseguradas cayó dramáticamente del 17.6 por ciento al 7.2 por ciento. Sin embargo, por primera vez en años California está viendo un descenso substancial en la cobertura de Medi-Cal y Covered California, lo cual en parte se atribuye al miedo de las consecuencias del departamento de migración, costos no asequibles y el fin de la penalidad por no inscribirse.
Para no continuar perdiendo la cobertura de salud de californianos, el gobernador Newsom se dio a la tarea de expandir la ayuda monetaria a más personas sin importar su estatus migratorio. El plan del gobernador pidió brindar prestaciones de salud a unos 90.000 indocumentados de 19 a 25 años de edad de bajos ingresos. Y en 2016, California expandió el Medi-Cal a todos los niños indocumentados cuyos padres llenan los requisitos de ingresos del programa.
Este plan añadido a la ayuda de los navegadores de salud permite que más californianos estén asegurados e informados en cuanto a sus planes de salud.
Valdez dijo que el trabajo de inscribirse a los planes de seguro médico es complejo y por ende necesario. Los navegadores de la salud no solamente inscriben a una persona pero se toman el tiempo necesario para llenar los documentos, coordinar servicios para las personas enfermas y sobre todo aquellas que necesitan tratamientos especiales.
Lo más importante de los navegadores de salud es que ellos están en las comunidades donde la gente se siente a salvo. Se encuentran en las clínicas comunitarias, agencias locales y hasta en las escuelas.
“Con nosotros no tienen que visitar una agencia de gobierno. El enfoque es toda la familia con o sin papeles”, aseveró Valdez.
Artículo publicado en colaboración con la reportera Virginia Gaglianone y el USC Annenberg Center for Health Journalism.