¿Cómo se tratan los ataques de pánico y ansiedad en los niños?
Los ataques se producen debido a una respuesta del cuerpo ante agentes externos aunque sean cotidianos
Los ataques de pánico y ansiedad son alarmas, por decirlo de alguna manera, que producen en la persona una reacción desmedida a situaciones cotidianas.
Además de los nervios y el estado de intranquilidad, la sudoración, visión borrosa, taquicardia y temblores, pueden aparecer sin razón aparente en cualquier momento del día, como una respuesta desmedida a una amenaza que muchas veces no existe.
Ansiedad y ataques de pánico en niños
Los niños pueden presentar episodios de ataques de pánico y ansiedad; sin embargo, los episodios fuertes no aparecen sino durante la adolescencia, cuando el niño está creciendo y está en su etapa de transición hacia la vida adulta.
Durante esta etapa, los niños no saben cómo lidiar con estas sensaciones y emociones, por lo que puede causarles terror y crearles un trauma duradero. Por este motivo es necesario acudir a un psicólogo o psiquiatra para determinar el tipo de terapia que se llevará a cabo.
Tratamiento terapéutico
Lo primero que hará el experto será un diagnóstico de acuerdo a los síntomas presentados, es decir, si es ansiedad, o ataques de pánico es leve o fuerte. Y también determinará si además de este trastorno, existen otros que generen o detonen estos síntomas, como la fobia social.
Una vez realizado el diagnóstico, el especialista aplicará una serie de terapias para ayudar al joven a asimilar los síntomas que se le presenten. La intención es integrarlo a la sociedad, y que pueda superar su problema.
Si bien en ocasiones puede ser difícil que el niño supere el problema, gracias a estas terapias puede desarrollar un estilo de vida normal, controlando los ataques y la ansiedad.
En ocasiones, cuando los síntomas son muy fuertes, es posible que el especialista recomiende tratamiento farmacéutico.
Este tipo de tratamientos siempre será la última opción, pues existen medicamentos que pueden cambiar el desarrollo de la salud en niños y adolescentes. La primera opción, es la terapia conductual y es la mejor para estos casos.