¿Cuántas veces es saludable utilizar el aceite para freír?
El aceite es uno de los productos de mayor consumo en el mundo, es la base de exquisitos platillos y forma parte indispensable de los métodos de cocción más populares. Cuando el aceite es cometido a altas temperaturas su estructura cambia, conoce los principales consejos para utilizarlo correctamente y cuidar tu salud
El aceite es uno de los ingredientes clave en la cocina de cualquier país en el mundo, sin importar la variante es un producto que forma parte indispensable en diversas técnicas de cocción de numerosos platillos. Cuando el aceite no se utiliza de manera correcta y se rehusa después de haber sido sometido a altas temperaturas, es uno de los principales factores que se derivan en algunos padecimientos graves de salud entre los principales se encuentran los siguientes: altos niveles de colesterol y triglicéridos, enfermedades cardiovasculares, obesidad, sobrepeso, diabetes, síndrome metabólico e hipertensión arterial.
¿Qué pasa cuando calentamos el aceite?
Para empezar es esencial entender es que cuando calentamos cualquier tipo de aceite, su estructura natural se modifica. El aceite es un producto vivo que evoluciona con la temperatura y se relaciona directamente con el alimento que estemos preparando. Existen tres principales razones por las cuales siempre debemos utilizar aceite fresco para preparaciones fritas:
1. Compuestos tóxicos
Una vez que el aceite pasa por la transformación que se deriva de las altas temperaturas, los ácidos grasos que contiene en forma natural se convierten en compuestos altamente perjudiciales al reaccionar con el oxígeno o los distintos componentes del producto que estamos friendo. Uno de las consecuencias más negativas es la aparición de los famosos radicales libres, que se generan por la ruptura de los dobles enlaces de los ácidos grasos. El consumo de estas sustancias es verdaderamente nocivo para la salud y se le relaciona con diferentes enfermedades cardiovasculares, mayor riesgo de padecer cáncer, un sistema inmunológico debilitado y envejecimiento prematuro. Otra consecuencia es la aparición de grasas trans, el principal enemigo de la salud.
Todos los aceites tienen una temperatura de humo y se refiere a la temperatura máxima en la que podemos utilizar el aceite, por lo general va de los 180-200º C. Es importante contemplar que siempre que freímos alimentos en sartén y sin control del calor se superan los 180º C límite.
2. El aceite pierde su eficacia
Cuando el aceite pasa por un proceso de degradación derivado de las altas temperaturas, pierde las propiedades originales de su versión en crudo. Principalmente se verá afectados sus nutrientes principales como su contenido en vitaminas, minerales, ácidos grasos Omega 3, 6, 9, entre otros. Recuerda que entre más frito este un alimento, pasará por un mayor proceso de deshidratación y se pierden prácticamente todos sus nutrientes.
3. Riesgo de ingerir sub-productos contaminantes
Cuando utilizas aceite reutilizado para cocinar lo único que sucede es que todos los efectos negativos que se adquirieron con las altas temperaturas penetrarán en el nuevo alimento. Una de las cuestiones que más afecta es que se introducen polímeros y compuestos tóxicos en el alimento, los cuales afectan directamente nuestra salud.
En conclusión evita a toda costa reutilizar cualquier tipo de aceite, siempre contempla ocupar aceites nuevos y frescos. Una de las mejores recomendaciones de salud es evitar el consumo de alimentos fritos y procurar utilizar el aceite en crudo, para obtener sus beneficios reales.