Fue deportada a México y su hijo, militar de EEUU, no puede visitarla y podría ser enviado a Irán
No solo debe procesar la separación de su familia, si no que ahora teme que su hijo sea enviado al frente en caso de un conflicto con Irán
Rocío Rebollar Gómez, quien fue deportada a México hace una semana, dice padecer de insomnio y ansiedad al pensar que su único hijo pueda ser enviado a una guerra contra Irán.
“Me siento preocupadísima, llena de angustia. No puedo dormir y no como casi nada”, expresó la madre del teniente segundo de inteligencia Gibram Cruz.
La oficina de Inmigración y Control de Aduanas (ICE) deportó a la madre de familia desde San Diego el último 2 de enero, apenas un día antes de que el presidente Donald Trump ordenara el ataque con drón que acabó con la vida del general Qassem Soleimani —considerado el máximo general en Irán.
Dicha embestida, elevó la posibilidad de un conflicto entre Irán y Estados Unidos.
“Me da vueltas todo el día en la cabeza que es mi único hijo y lo pueden mandar al frente”, reveló la madre de 50 años de edad, deportada después de vivir en el condado de San Diego durante 31 años.
Sin apoyo de ninguna institución, hoy la señora carece de ayuda psicológica o médica para remediar la ansiedad. Pasa la mayoría del tiempo en casa de una media hermana, con quien se reúne cuando la anfitriona termina sus jornadas de trabajo.
Por ahora, la única ventaja que Rebollar Gómez tiene ante otras personas deportadas es que aún cuenta con un pasaporte mexicano que sacó en el consulado de San Diego con vigencia de 10 años. No obstante, ni el contar con alojamiento y estar identificada le ayuda con la angustia.
Dijo que algunas personas le comentaron que como es el único hijo varón en la familia —también tiene una hija— le podrían tener consideración.
Debido a su profesión, su hijo tiene prohibido cruzar la frontera a menos que consiga un permiso especial que le autorice a salir del país bajo condiciones restringidas.
El teniente Cruz, de 30 años de edad, se quejó cuando su madre fue deportada de que el ICE no le dio oportunidad de despedirse de ella, aún cuando se trata de un militar de rango en actividad en las Fuerzas Armadas.
Rebollar Gómez, quien también es abuela de dos niños, explicó que su abogada, Tessa Cabrera, intenta ahora conseguir un permiso para que regrese a San Diego a tratar de regularizar su situación migratoria.
De acuerdo con informes de la abogada, el Departamento de Seguridad Interior (HSD) se desligó del caso y delegó a ICE la decisión de permitir que la madre esté en EEUU bajo “criterio discrecional”. El término implica que es decisión del ICE tomar en cuenta que la deportada es madre de un militar con jerarquía, que carece de antecedentes penales, que es propietaria de una pequeña empresa y abuela de estadounidenses.
Hoy el mayor anhelo de la inmigrante es regresar con su familia y continuar su vida en el condado de San Diego.
Por ahora, vive con una media hermana en una casa en la periferia de Tijuana. Dice que se le dificulta orientarse, porque hacía más de tres décadas que salió de México.
Originaria de Acapulco, la señora también planea visitar la casa familiar —aún propiedad de su madre— aunque todavía no ha fijado una fecha y “todo depende de lo que me resuelvan en San Diego, porque esa es la prioridad”.