EEUU rebajó su ritmo de crecimiento al 2.3% en 2019
Buena parte del lento avance del tercer trimestre se debió a la caída temporal del déficit comercial
Los estímulos que se han aplicado a la economía no han sido suficientes para que en 2019 se igualara la tasa de crecimiento de años anteriores. Según los datos oficiales iniciales el cuarto trimestre del año pasado la economía creció a un ritmo del 2.1% y el ritmo anual de avance fue del 2.3%.
Es el más débil de los últimos tres años y por debajo de lo estimado por el gobierno de Donald Trump cuando habló de los beneficios de su reforma fiscal y un crecimiento sostenido del 3%. Este no se ha materializado ni siquiera con la asistencia paralela de una política monetaria, altamente estimulante, de la economía como la actual. En 2018 el crecimiento fue del 2.9%.
Estas cifras pueden modificarse en los próximos meses puesto que esta es una lectura inicial con datos incompletos.
De acuerdo a estos cálculos los consumidores han rebajado su protagonismo en el motor de la economía en los últimos tres meses del año y aunque la evolución es positiva el ritmo de crecimiento de su gasto del 1.8% está lejos del 3.2% del trimestre anterior. Tampoco la inversión privada se recupera con fuerza ni hay grandes movimientos en los inventarios.
La fuerte inversión residencial y el gasto público (los gobiernos) han sido parte de las mejores noticias en términos de avance. La rebaja de las importaciones, dada la menor demanda provocada por la guerra comercial, han permitido que las exportaciones pesaran algo más en la balanza y aportar puntos positivos al crecimiento.
Los analistas de Oxford Economics dicen que el crecimiento del 2.1% en el trimestre provee “una ilusión óptica de una economía que se mueve hacia adelante a un ritmo moderado al final de 2019 pero la composición del crecimiento revela una foto más débil”. Estos economistas explican que más del 70% del avance del crecimiento llegó por el colapso temporal de importaciones. Aunque son optimistas por la mejora de las noticias referentes al comercio tras las confrontaciones iniciadas por la Casa Blanca, no quieren confiar mucho en una mejora inmediata.
Los analistas en general no esperan que 2020 vaya a traer muchos cambios con respecto a lo que se ha visto de octubre a diciembre. Desde el Conference Board, la asociación empresarial, se espera que el consumo privado siga desacelerándose y que el crecimiento a largo plazo ronde el 2%. En Oxford Economics se apuesta por un 1.7%.
La ralentización del crecimiento se produce en un año en el que las cuentas del Estado han encendido las luces de alarma. Las reforma fiscal, que ha reducido la factura de impuestos de las empresas, y el aumento del gasto público aseguran un año con un déficit presupuestario (la diferencia que hay entre lo que se ingresa y lo que se gasta por parte del Gobierno) que va a rondar el billón (one trillion) de dólares. Son 12 ceros detrás del uno. Son previsiones del CBO (la oficina presupuestaria del Congreso) que solo ha recogido cifras rojas tan abultadas en periodos de crisis o guerras, no en expansión económica como la actual.