Abogados hacen la diferencia en la vida de menores no acompañados
Muchos defensores apoyan a los niños y jóvenes con sus procesos de asilo sin cobrarles un dólar.
Nolberto A.A., quien llegó a los Estados Unidos como un menor no acompañado cuando tenía 13 años, está convencido de que, si no hubiera tenido acceso a un abogado, hoy no sería residente permanente.
“Meses después de entrar al país, mi papá y yo estábamos desesperados orando para encontrar asistencia legal. Ya habíamos hablado con varios abogados, pero no quisieron tomar mi caso porque no veían que pudiera tener éxito; otro abogado hasta trató de estafarme”, recordó Norberto, quien en la actualidad tiene 19 años, y pide que no se revele su identidad y nombre completo, debido a que su padre aún no logra obtener su residencia.
Fue a través de una búsqueda en el Internet donde encontraron el sitio de la organización Niños en Necesidad de Defensa (KIND, por sus siglas en inglés), cuya misión es asegurar que ningún menor de edad se encuentre solo o sola ante una corte de migración sin representación legal.
A través de KIND, Nolberto logró que lo pusieran en contacto con la abogada retirada Linda Dakin-Grim quien aceptó llevar su caso sin cobrarle, le ganó el asilo y la residencia permanente.
“Yo nací en Guatemala hace 19 años. Entré al país como menor no acompañado en 2014 cuando tenía 13 años. Aquí tenía a mi papá, mi madrastra y dos hermanos menores de 10 y 12 años que no conocía”, explicó.
Él salió de Guatemala a causa de la violencia y la persecución por motivos religiosos. “En donde vivo hay muchas Maras (pandillas); querían que vendiera drogas y hasta me amenazaban con armas”.
Después de que la abogada Dakin-Grim tomó su caso, obtuvo el asilo político en 2015 y en 2016, se hizo residente permanente.
“Estoy muy agradecido. Con mucha alegría. El asilo y la residencia eran para mi como un sueño imposible. Yo venía a ciegas cuando salí de Guatemala”, dice Nolberto, quien trabaja en un restaurante de comida rápida, pero sueña con ir a la universidad y estudiar para psicólogo.
La abogada Linda dice que Nolberto es un muchacho maravilloso, quien ganó el asilo en Estados Unidos principalmente porque fue objeto de persecución religiosa en su país.
“Una de las bases de las leyes de EEUU y de los países que son parte de las Naciones Unidas, es proveer asilo a quienes han experimentado persecución por su fe”, expresa.
Relata que el muchacho vivía en Guatemala con su tío, un pastor evangélico que pudo dar testimonio de los abusos que sufrió el muchacho. “También dio testimonio otro pastor que vive aquí en el país”.
La defensora comenta que no fue fácil porque tuvieron que probar con evidencias creíbles que Nolberto fue víctima de persecución por su fe evangélica, misma que es una parte integral de su vida.
“Presentamos un paquete completo con hechos para cumplir con las leyes de asilo, y ganamos el caso en un año”, dice la abogada contenta por los resultados.
Opina que bajo la administración actual este tipo de casos son más difíciles de ganar.
“Solo para que un caso de un menor no acompañado sea considerado, la espera es por un año. No están moviendo los casos en absoluto. Las cosas están muy lentas para los menores”, dice Linda, quien no es abogada en migración sino especializada en juicios relacionados con disputas financieras, bancos y compañías se seguro.
“A partir de que me jubilé, tuve que aprender de migración para ayudar a estos menores. Sigo trabajando, pero sin paga”, comenta.
La mayor parte de los abogados pro bono de la organización KIND, no son abogados en migración, pero están deseosos de aprender para representar a los menores, explica.
Esta abogada ha representado al menos a 15 menores no acompañados, y a unas diez familias separadas.
De acuerdo al sitio web de KIND, el 60% de los menores de edad que llegan solos a EEUU no tienen quien los represente ante una corte de migración.
Añaden que los menores de edad sin representación legal tienen cinco o más probabilidades de ser deportados.
Indican que desde 2014, más de 260,000 menores de edad no acompañados y refugiados han entrado a los Estados Unidos. Han venido de tres de los principales países más peligrosos del mundo: Honduras, El Salvador o Guatemala.
“A través de estos niños que han sufrido persecución y experimentado un sufrimiento tremendo, he aprendido de la historia de Estados Unidos, su involucramiento en Centroamérica y el resto del mundo en el último siglo”, dice la abogada.
Durante el Congreso de Educación Religiosa 2020 de la Arquidiócesis de Los Ángeles que se celebra este fin de semana en el Centro de Convenciones de Anaheim, Linda hablará este sábado de las 3 de la tarde hasta las 4:30 sobre por qué las personas emigran a Estados Unidos, con y sin documentos. Además, explicará las leyes de inmigración en este país y el complicado sistema que los inmigrantes tienen que navegar.
Linda es miembro del Task Force de Inmigración de la Tri-diócesis (Arquidiócesis de Los Ángeles, Orange y San Bernardino), la cual ha ayudado a reunir a muchas familias de inmigrantes, trabajando con conjunto con la organización Kind.
“El equipo de trabajo de las Diócesis de Los Ángeles, Orange y San Bernardino ha compartido recursos de información sobre los derechos de los inmigrantes, y ha apoyado a las familias para conectarlos con abogados de migración, vivienda, escuelas y otros apoyos para su adaptación a su nueva vida en los Estados Unidos”, dice Isaac Cuevas, director de Asuntos Migratorios de la Arquidiócesis de Los Ángeles.
Habrá un puesto sobre inmigración durante el Congreso de Educación Religiosa con un mapa en el que se podrá ver de dónde vienen los inmigrantes que emigran a Estados Unidos. Asimismo, podrán enviar sus oraciones para los inmigrantes. Si quieres saber más del Congreso religioso, visita: http://www.recongress.org/2020/