Cómo lavar a mano la ropa delicada para mayor durabilidad

Debes tener especial cuidado en el enjuague y secado

Hay telas tan delicadas como las flores que necesitan cuidados especiales.

Hay telas tan delicadas como las flores que necesitan cuidados especiales. Crédito: Pixabay

No toda la ropa se lava en máquina. Antes de lavar un artículo, revise la etiqueta de cuidado, porque la ropa más delicada debe lavarse a mano para mantener su forma, color y aspecto general. A menos que tenga mucha experiencia en lavar la ropa, siga siempre las etiquetas de “Dry Clean Only” y lleve la prenda a un limpiador profesional. La etiqueta significa que el agua o la agitación excesiva pueden dañar la prenda.

Lavar la ropa a mano es una empresa que lleva su tiempo ya que depende de la cantidad de artículos que deban limpiarse y de la suciedad que tengan. Eso sí, en todo momento, por muy cansado que sea, si quiere mantener sus prendas más duraderas, lava la ropa con cuidado.

Empecemos por lo básico, lavar el fregadero. Si no tiene uno en especial dedicado a la ropa y pretende utilizar los disponibles en casa, es fácil olvidar que el fregadero que está utilizando para lavarse las manos debe estar impecablemente limpio. Los fregaderos de la cocina pueden tener restos de grasa que se transferirán a la ropa y los del baño pueden tener rastros de productos para el cuidado de la piel que blanquean las telas.

Posteriormente, llena el fregadero o la bañera con agua antes de agregar los artículos a lavar, ya que la fuerza del agua corriente podría estirar algunas fibras. Recuerda que cuando se lava la ropa a mano, el agua siempre debe estar fría o tibia. Si no sabe en qué momento o para que tipo de ropa usar agua caliente, mejor nunca hacerlo.

Siempre agrega el detergente al agua antes de poner la ropa y agita la mezcla rápidamente para asegurarse de que el detergente se disuelva y se distribuya bien. No necesitas muchas burbujas para obtener una prenda limpia; demasiado detergente significaría arriesgarte a que las prendas no se enjuaguen bien y queden con restos de detergente en las fibras.

Ahora sí, es momento de tomar la prenda a lavar y sumergirla en el agua. Deja la prenda en remojo durante al menos cinco minutos y luego agítala suavemente a través del agua. No tuerzas o frotes la tela ya que podrías deformar el artículo.

Si la mancha es difícil, con los dedos, aplica quitamanchas o detergente líquido directo en la zona a lavar. No frotes o la tela puede dañarse. Puedes rozar la superficie sucia levemente con tus dedos. Espera 10 minutos a que la fórmula haga efecto en las fibras, sumerje en el agua, agita suavemente y revisa. Repite el proceso cuantas veces sea necesario.

Para evitar exprimir, que sería lo mismo que torcer y dañar la prenda, quita tu artículo, drena el fregadero con agua jabonosa, llénalo de nuevo con agua tibia limpia y pon de nuevo la ropa para enjuagarla. Sumerje y agita levemente para enjuagar. Repite el paso hasta que no veas espuma.

Si la prenda es ligera y delicada, como la lencería, puedes colgarla para que se seque por goteo inmediatamente después del enjuague. Para artículos más pesados, como suéteres, coloca la prenda recién enjuagada sobre una toalla blanca y gruesa y enróllala para absorber el agua. Es posible que debas repetir este paso con una segunda toalla seca.

Jamás se te ocurra poner la prenda a secar en máquina, todo el maltrato al artículo que trataste de evitar con la lavandería tradicional de nada serviría si lo haces. Debes ingeniarte este paso para poner la ropa en una superficie plana que a su vez permita que la prende se seque sin deformarla, como colgarla lo haría. Tampoco es una gran idea exponerla al sol directo.

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