Mexicanos vulnerables al coronavirus se encomiendan a Dios y… ¡salen a las calles!

Muchas personas aún no siguen las recomendaciones de las autoridades de Salud

Benigno Hernández lee la biblia mientras espera que alguien quiera bolearse los zapatos en medio de la contingencia por coronavirus.

Benigno Hernández lee la biblia mientras espera que alguien quiera bolearse los zapatos en medio de la contingencia por coronavirus. Crédito: Santino Cortés | Cortesía

MÉXICO.- Por sus altos niveles de pobreza, México concentra algunos de los grupos sociales más vulnerables para enfrentar al coronavirus. Gente como Benigno Hernández, de 73 años, quien debe salir a ganarse la vida como bolero de zapatos  para llevar algo de comer a su esposa con todo y diabetes e hipertensión contra las que batalla desde hace 20 años.

Ambas enfermedades, en conjunto con su edad, hacen de Benigno una de las personas con mayor riesgo en la capital mexicana donde en los la recomendación es quedarse en casa; pero él prefiere no preocuparse. “De algo me tengo que morir”, dice cuando se le cuestiona si tiene miedo al COVID-19 que se ensaña con la tercera edad.

Benigno dice que su preocupación es ahora no pasar hambre. Por eso espera clientes arriesgados o sin opción para salir a las calles y que además tengan ánimo de lucir un calzado lustroso. En los buenos tiempos, antes de la contingencia y las advertencias de permanecer en casa, limpiaba 10 pares al día; ahora, si bien le va, logra un pares al día con lo que gana alrededor de un dólar.

Por eso sigue al pie en una esquina de la zona céntrica de la ciudad, frente a una iglesia que también se encuentra vacía: en las últimas horas, la jefa de Gobierno de la Ciudad de México, Claudia Sheimbaum, anunció el cierre de bares, restaurantes y otros negocios de atención al público: los principales clientes de Benigno.

Para que la espera no sea agobiante, el anciano lee la biblia, un grueso ejemplar que, a ratos, coloca sobre una caja con mazapanes y chicles al mejor postor, transeúntes escasos que van y vienen, alguno de ellos resfriado o contagiado,  no se sabe.

El presidente Andrés Manuel López Obrador anunció en días pasados que “adelantará” cuatro meses de pensión universal a los ancianos para que puedan hacer frente a esta contingencia que los golpeará por todos los frentes. Muchos fueron abandonados por sus familias o serán despedidos incluso de trabajos con salarios muy bajos como los empacadores de despensa en los supemercados.

En estos días, unos 35,000 mexicanos, entre 60 y 74 años serán despedidos en los próximos días. Walmart, por ejemplo, anunció que los enviaría a casa para alejarlos de los riesgos de contagio, pero también de un ingreso extraordinario y la oportunidad de sentirse productivos.

“Yo me pongo en manos de Dios: él sabe lo que hace”, comenta Benigno desde sus trinchera.

PEQUEÑAS EMPRESAS

Alfonso Pérez y Alfonso Alvarado, dos emprendedores socios que fundaron hace unos años La Ruptura, una empresa dedicada a la publicidad que da servicios en México y Latinoamérica tienen más miedo a las consecuencias económicas por COVID-19 que al riesgo de contagio al virus. Después de una reunión en que les informaron de la postergación de un proyecto, se lo toman con calma.

“Nos lavamos las manos, nos pusimos gel y venimos a comer unos tacos”, cuentan entre una pequeño puesto callejero en donde se congregan ocho clientes que aún se arriesgan a no guardar distancia de por lo menos un metro como lo recomienda la Organización Mundial de la Salud. “Los proyecto se atrasaron indefinidamente y las noticias no sólo nos afectan a nosotros”, cuenta Pérez. “

“De esos proyectos que coordinamos dependen indirectamente unas 18 o 20 empresas chicas: el impacto del coronavirus será para ese tipo de empresas”.

Alfonso Pérez y Alfonso Alvarado, dos emprendedores socios que fundaron hace unos años La Ruptura.
Alfonso Pérez y Alfonso Alvarado, en espera de que su empresa La Ruptura resista la contingencia por COVID-19. Foto: Santino Cortés.

Estadísticas del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI) detallan que en México existen poco más de cuatro millones de empresas; de las cuales el 99.8% son micro, pequeñas y medianas que se encargan de generar el 52% del Producto Interno Bruto (PIB) y el 72% de los empleos que ahora se encuentran en riesgos como un efecto dominó de la falta de consumo.

“Tenemos un colchón para resistir unos cuatro meses o hasta seis muy apretados, no más: quebraríamos”, advierte Pérez.

La Cámara de Comercio Servicios y Turismo en Pequeño de la capital mexicana calculó en días pasados que alrededor del 10% de las pequeñas empresas podrían desaparecer por el impacto del Covid 19 por lo que pidió a la población consumir bienes y servicios que ofrece ese perfil de negocios: papelerías, taxis, cafeterías, restaurantes, donde cada día que se les permita permanecer abiertos es una oportunidad de supervivencia.

 

Desempleados 

Para quitarles una carga de encima a sus padres, María Fernanda Flores se independizó con un empleo que consiguió hace seis meses. La mitad del tiempo lo usaba para concluir su carrera de pedagogía y, el otro, en la subgerencia de la Cervecería de Barrio, una cadena de negocios muy popular en la capital mexicana.

Sus cuentas iban muy bien entre la renta, la comida y algunos caprichos de muchacha hasta que el coronavirus impuso su lógica de recomendación de permanecer en casa.  Previamente, en un mal día podían tener  70 consumidores; luego, cuando se supo que los primeros casos habían llegado a México, los bebedores de cerveza descendió hasta cinco hasta que, por órdenes de las autoridades tuvieron que suspender el servicio.

Esta mediad no es única, sino el común denominador entre los restaurantes y negocios.  El operador de restaurantes Alsea —que opera marcas como Starbucks, Domino’s Pizza y Vips — informó que implementará un plan financiero que prevé el cierre temporal de algunas unidades y la salida laboral voluntaria de empleados, sin goce de sueldo, por 30 días, para sobrevivir.

La vulnerabilidad de las empresas es un efecto dominó que impacta a familias completas. En el caso de María Fernanda, por ejemplo, su madre trabaja en una pequeña fonda donde atendía a tres mesas por día; ahora, no está cerrada por lo que sólo el padre que es mecánico puede trabajar, pero no llega ningún coche.

María Fernanda Flores un día antes del cierre parcial de la cervecería donde trabaja.

María Fernanda Flores un día antes del cierre parcial de la cervecería donde trabaja. Foto: Gardenia Mendoza.

María Fernanda calcula que, si la contingencia no termina el 22 de abril como calculó el gobierno de la Ciudad de México, tendrá que volver con sus padres. “Por suerte ellos tienen casa y si las cosas siguen así yo no podré pagar renta y tendré que regresarme. Tengo un compañero que ni él ni sus familias tienen casa y ya comienzan a ponerse nerviosos”.

Para mitigar el impacto, las organizaciones empresariales han propuesto acelerar los procesos de devolución de impuestos particularmente en el sector aéreo, turismo, logística y transporte, que serán los más afectados, y la suspensión temporal del impuesto a gasolina y diésel, pero el presidente descartó que el gobierno contemple estímulos fiscales y dijo que dará a conocer otro plan. No adelantó de qué va.

Ambulantes  

Perla Martínez tenía uno de los negocios ambulantes más concurridos de la colonia Condesa. La fila para hacerse de una torta de tamal y chilaquiles daba vuelta a la manzana desde la madrugada hasta el medio día en un flujo interminable que muchas veces terminaba mal porque los clientes ya no alcanzaban el producto.

Estos tiempos terminaron hace dos días, cuando la recomendación de quedarse en casa hizo eco y ahora sólo vende unas cuantas tortas para mal de la familia de cinco miembros que desde hace años tienen como único ingreso este negocio ambulante que se instala por unas horas y se va diariamente. “Esto se va a poner cada vez más difícil”, cuenta. “Ahora todavía las pueden encargar por apliciones”.

Perla y su familia en espera de clientes
Perla y su familia en espera de clientes

De acuerdo con las cuentas oficiales, tres de cada 10 pesos que se generan el país provienen de la economía informal (de vendedores ambulantes) no generan prestaciones, apoyos económicos, ni otro incentivo marcado en la ley y subsiste sin más reglas que las de la oferta y la demanda que en estos días se fue en picada.

Esto incluye, por ejemplo, a artesanos en sitios turísticos, mercados callejeros, transportistas, agricultores, industria manufacturera y de todo tipo. Esto es, casi todos los sectores de la economía, excepto los gubernamentales. Las autoridades locales aún no deciden lo que harán con ellos, si los obligarán a guardarse.

“No sabemos cómo vamos a hacer cuando llegue el día, vivimos al día”, lamenta Perla.

Cifras

Analistas calculan que se perderá alrededor de 150,000 empleos en México, pero dependerá del tiempo de duración; en el sector turismo creen que será de 44,000.

  • JP Morgan prevé una caída del 15.5% del PIB y una  contracción del 1.8%.
  • El dólar cerró con un máximo histórico de 25.11 dólares por unidad estadounidense.
  • La Organización Internacional del Trabajo calcula 25 millones de desempleos en todo el mundo.

 

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