Mujer inmigrante trabaja de enfermera arriesgando su salud, pero si se enferma, ¿quién cuidará de ella?

La empleada no tiene documentos, seguro médico ni contará con beneficios del gobierno si se llegara a enfermar

Emma es una trabajadora del cuidado de salud indocumentada.

Emma es una trabajadora del cuidado de salud indocumentada. Crédito: Seth Hernandez Rongkilyo/Cineasta | Cortesía

Emma tiene 60 años y sus planes para jubilarse no están muy claros. La trabajadora de atención médica en el hogar es indocumentada. Pese a que forma parte de la fuerza laboral de Estados Unidos y contribuye con sus impuestos, en el momento en que deje de trabajar, no recibirá ninguna ayuda económica para su jubilación.

Sus preocupaciones en el trabajo han aumentado últimamente a medida que el nuevo coronavirus COVID-19 continúa extendiéndose.

Emma, ​​quien se negó a proporcionar su apellido por su seguridad, es originaria de las Filipinas y emigró a Estados Unidos cuando tenía 48 años. Durante más de 10 años ha trabajado como cuidadora de personas enfermas o de la tercera edad. Actualmente cuida a una mujer de 91 años. Una agencia que la contrató le paga $165.50 por día y se queda en la casa de su cliente durante cinco días a la semana.

Aunque debería trabajar un turno de ocho horas, esa no es la realidad, ya que tiene que cuidar a su cliente día y noche.

“No hay tal cosa como el descanso para nosotros, los cuidadores, porque incluso si estamos dormidos, nuestros oídos están abiertos a cualquier movimiento o ruido… tienes que estar alerta las 24 horas del día”, indicó la trabajadora.

Emma expresó que es muy cuidadosa cuando está con su cliente. “Me cuido con la higiene adecuada como lavarme las manos. Siempre uso guantes, incluso antes del coronavirus, porque mis clientes me los proporcionan”.

Añadió, que ella debe estar en perfecto estado de salud en todo momento, de lo contrario podría infectar a su cliente, cuya edad la hace muy vulnerable a cualquier infección.

“Si uno tose o tiene fiebre, ella puede contagiarse fácilmente y no quiero eso porque este (trabajo) es mi único medio de supervivencia”, dijo Emma.

La propagación del coronavirus ha afectado a millones de trabajadores que fueron despedidos o perdieron sus empleos debido a las órdenes del gobierno de quedarse en casa. Sin embargo, los trabajadores como Emma están exentos de la orden ya que su trabajo es considerado “esencial”.

A pesar de ser trabajadora de la salud, Emma no tiene seguro médico ni licencia remunerada por enfermedad.

Los activistas pro inmigrantes argumentan que el sistema médico de Estados Unidos debe proporcionar atención médica asequible a los inmigrantes indocumentados, especialmente en un momento en que el país enfrenta una pandemia. Y abogan por el tiempo libre pagado para los cuidadores en casa que trabajan con clientes que ya están enfermos y son vulnerables a la infección.

“La mayoría de la población indocumentada son personas de mediana edad”, dijo Héctor Plascencia-Juárez, organizador y defensor de políticas de la campaña #Health4All, con sede en California. “Independientemente de la edad o el estatus migratorio, las enfermedades no discriminan”.

Emma dice que no ha necesitado pedir días libres.

No obstante, ella sigue diligentemente su propio régimen de cuidado preventivo. Antes de la pandemia, ella tomaba el autobús y el tren de su hogar a la casa de su cliente. El viaje de alrededor de una hora le costaba unos $3 de ida y/o de venida.

Para evitar el contacto con las personas después de que comenzó el brote, Emma comenzó a tomar un servicio de viajes compartidos, a un costo de alrededor de $37 por trayecto, un costo que ella absorbe.

“El problema con este virus es que no sabemos quién está infectado”, expresó Emma, ​​quien vive sola en una pequeña casa de huéspedes.

Ella dijo que paga un alquiler muy barato ya que prácticamente se queda allí solo dos días a la semana. Ella llega a la casa de su cliente el viernes por la mañana y regresa a su hogar el miércoles por la mañana.

“Cuando regreso al trabajo después de mis días libres, llevo (mi uniforme) en una bolsa. Cuando llego al trabajo, me cambio inmediatamente a mi uniforme”, indicó Emma.

Cuando se trata de su propia salud, Emma dijo que bebe una mezcla de jengibre, cúrcuma, canela y miel en una taza de agua tibia.

“Esto evita que te enfermes. Así que tomo esto casi todos los días”, explicó. “Aparte de esto, estoy tomando vitamina C y mis suplementos regulares”.

Emma reconoce que debe cuidarse mucho estando sola en este país. Al igual que muchos otros trabajadores indocumentados de la salud, ella no tiene seguro médico y está excluida de la ayuda del gobierno.

“Entonces, lo que solo podemos hacer es no enfermarnos porque cuando nos enfermamos nadie nos cuidará”, dijo la trabajadora.

Enfermarse sería costoso de otras maneras para Emma y otros trabajadores de atención médica en el hogar. La mayoría no tiene licencia remunerada por enfermedad proporcionada por el empleador y no están cubiertos automáticamente por la Ley federal de respuesta al coronavirus de Families First, aprobada recientemente.

Esta medida establece hasta dos semanas de licencia pagada por enfermedad protegida para alentar a los empleados a quedarse en casa cuando se enferman al proporcionarles un colchón financiero.

Sin embargo, muchos trabajadores no están completamente cubiertos por las nuevas disposiciones de licencia por enfermedad, incluyendo los trabajadores de grandes empresas con más de 500 empleados, los trabajadores de pequeñas empresas con menos de 50 empleados, así como los proveedores de atención médica y los de primeros auxilios, explicó Elisa Minoff, analista sénior de políticas en el Centro de Estudios de la Política Social.

“Esto significa que los empleadores, a su discreción, pueden negar la licencia por enfermedad a los trabajadores en el campo de la atención médica”, dijo Minoff.

Otra opción que pudiera ayudar a Emma fue anunciada el lunes por el Comisionado de Seguros de California, Ricardo Lara.

El comisionado informó a las compañías de seguros que todos los trabajadores de California afectados por el COVID-19 en el trabajo son elegibles para beneficios de compensación al trabajador, independientemente de su estatus migratorio.

Esto incluye a los trabajadores dedicados a ocupaciones de primera respuesta, como atención médica, servicios de emergencia, producción de alimentos, ventas y entregas, entre otros.

“Esta pandemia sin precedentes ha provocado preguntas y preocupaciones entre los trabajadores esenciales de la comunidad inmigrante que se presentan a trabajar todos los días y nos ofrecen bienes y servicios vitales”, dijo Lara en un comunicado. “Los californianos trabajadores que están expuestos al COVID-19 tienen derecho a beneficios de compensación para trabajadores si se enferman, independientemente de su estado migratorio”.

Diagnóstico inesperado

Emma ha visto cuánto puede ayudar tener un seguro de salud cuando surge una crisis y lo costoso que es quedarse sin este.

En 2009, Emma fue diagnosticada con cáncer de mama en etapa 1, tras una mamografía regular que se realizó.

“No sentí la (bolita) ni nada, pero la mamografía lo detectó”, dijo la trabajadora. “Es difícil porque cuando te dicen ‘cáncer’ crees que vas a morir y yo estoy sola en este país”.

Emma fue referida al Centro Médico Harbor-UCLA en Torrance. Una trabajadora social allí la ayudó con el papeleo y pudo recibir Medi-Cal de emergencia, el seguro de salud temporal que se otorga a personas de bajos ingresos y sin seguro durante emergencias médicas.

Emma dijo que debido a que su cáncer se detectó a tiempo y se consideró una emergencia, ella pudo comenzar su tratamiento de inmediato.

Se sometió a una cirugía de lumpectomía, donde solo se extirpa el tumor sin extraer el seno, y posteriormente recibió cuatro sesiones de quimioterapia, 33 sesiones de radiación y le extirparon los ovarios, todo sin costo alguno a su bolsillo. Ella estimó que el valor total de la atención fue de más de $100,000.

Emma dijo que se siente muy afortunada de haber recibido su tratamiento de salud a tiempo, algo que no sucede con frecuencia en la comunidad indocumentada.

Unos años más tarde tuvo una dolorosa lesión en la espalda, pero no calificó como una emergencia y por ende no obtuvo el Medi-Cal de emergencia. Sin seguro, terminó con una deuda de $7,000 por su atención médica y tiempo que no trabajó, una carga aplastante hacia sus modestos ingresos.

Fue esa experiencia que convirtió a Emma en una activista que lucha por la expansión de la atención médica para los indocumentados. Y se siente especialmente apasionada por el tema ahora que el mundo se enfrenta al COVID-19.

“Hay muchas personas indocumentadas como yo que no obtienen los mismos beneficios, aunque trabajemos igual o mucho más”, dijo Emma. “Entonces, creo que si puedo ser esa pequeña voz que puede abrir los ojos y los oídos de los legisladores, lo haré”.

En su tiempo libre Emma se dedica a abogar por la salud de los trabajadores indocumentados. (Jacqueline García/La Opinión)

La Ley del Cuidado de Salud a Bajo Precio (ACA) permite a las familias obtener un seguro de salud asequible, pero excluye a los inmigrantes indocumentados.

Los inmigrantes sin documentos están excluidos del acceso al intercambio de seguros estatales de la ACA, conocido como Covered California, para comprar cobertura con su propio dinero.

Cada condado y ciudad cuenta con su propia política para ofrecer servicios de atención médica a inmigrantes indocumentados.

Durante la pandemia de coronavirus, los hospitales y clínicas o médicos pueden identificar el tratamiento del COVID-19 como un tratamiento de emergencia, que estaría cubierto bajo Medi-Cal de emergencia, según el Departamento de Servicios Sociales Públicos del Condado de Los Ángeles.

La administración Trump recientemente amplió una regla que bloquea el camino hacia la ciudadanía para los inmigrantes que se han beneficiado de Medicaid, cupones de alimentos o viviendas subsidiadas por el gobierno federal.

A la luz de la pandemia, los Servicios de Ciudadanía e Inmigración de Estados Unidos relajaron recientemente la llamada “regla de carga pública” y declararon que cualquier prueba de servicios preventivos o tratamiento de salud relacionados con el COVID-19 no se tendrá en cuenta como prueba de carga pública futura para inmigrantes.

“Entonces, si está preocupado, cree que puede estar enfermo o desea acceder a los servicios de atención médica, incluso si no está enfermo, pero le preocupa la pandemia que está experimentando el mundo en este momento…”, dijo recientemente Daniel Sharp, jefe de la Oficina de Asuntos de Inmigrantes del Condado de Los Ángeles. “En el futuro, cuando solicite el estado de inmigración, esto no contará en su contra en ninguna prueba de carga pública futura”.

Abogando por la salud

En 2019, Emma compartió su historia en el documental “CoverAge” del cineasta Set Hernández-Rongkilyo, un joven indocumentado beneficiario de DACA. Actualmente Emma es voluntaria en el Centro de Trabajadores de Pilipino, donde informa a otros sobre las opciones de cobertura de salud para los indocumentados.

Emma dijo que sus familiares en Filipinas están impresionados con el cambio que ha tenido desde que se involucró en el activismo.

“Durante el coronavirus, todo lo que puedo hacer es cuidarme muy bien”, dijo Emma.

El documental de CoverAge se transmitirá en línea en vivo el 29 de abril del 2020 seguido de una discusión acerca de la expansión de la atención médica para indocumentados. Puede confirmar su asistencia aquí para recibir el enlace a la película: https://secure.everyaction.com/8IApM81mmUeQRs9zBbA4hQ2

Información Adicional:

Si usted o alguien que conoce es indocumentado y está buscando servicios médicos durante la pandemia, las siguientes agencias pueden ayudarlo:

Oficina de Asuntos de Inmigrantes del Condado de Los Ángeles (OIA)

Tel: 1-800-593-8222

Web: https://oia.lacounty.gov/coronavirus-updates/

My Health LA

Tel: (844) 744-6452

Web: http://dhs.lacounty.gov/wps/portal/dhs/mhla

Medi-Cal de emergencia / restringido

Tel: (866) 613-3777

Web: http://dpss.lacounty.gov

Para información sobre compensación de trabajadores:

http://www.insurance.ca.gov/01-consumers/105-type/85-wc/

Este proyecto es resultado de un innovador emprendimiento periodístico —The USC Center for Health Journalism Collaborative— que incluye una variedad de medios informativos de todo el estado de California dedicados a presentar informes conjuntos sobre las personas sin seguro médico que residen en el estado. Entre los medios informativos se incluyen los periódicos de Gannett Co., McClatchy Corp., La Opinión y Southern California News Group, así como también las emisoras Capital Public Radio y Univisión.

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