Por qué el abandono de una madre puede afectar a los niños… peor que su fallecimiento
Por cruel que parezca, un niño es capaz de superar la muerte de su madre, pero no su ausencia o desapego emocional

Una madre que no se interesa por su hijo, puede ser altamente destructiva en su formación. Crédito: Lisa Runnels | Pixabay
Dicen los expertos que a un niño puede faltarle de todo, menos la presencia segura y amorosa de su madre. Sí, a un pequeño le puede faltar educación, ambientes poco favorecedores, bienes materiales o hasta su propio padre, pero de todo esto no hay dolor cuando de forma auténtica tiene la atención y afecto de su mamá.
Luego de años de estudios a miles de mujeres embarazadas y siguiendo la vida de sus hijos a lo largo de su desarrollo, Thomas Verny, autor del libro “The secret life of the unborn child”, encontró que una mujer con la actitud apropiada, consciente de la vida que lleva, y con el suficiente amor e interés por su hijo, puede superar las condiciones de vida más adversas y forjar hijos fuertes, seguros y emocionalmente estables.
En contraparte y por doloroso que parezca, una madre que no se interesa por su hijo, puede ser altamente destructiva en su formación. Es raro pero una cruel realidad.
Un niño puede superar la muerte de su madre, pero no su ausencia o desapego emocional, especialmente si ella no se hace presente o no se vincula durante la primera infancia del hijo, pues impacta directamente sobre su desarrollo afectivo y cognitivo.
La muerte no es ausencia
Un niño cuya madre murió, puede construirse como una persona sin mayores problemas emocionales cuando la información que tiene sobre ella es emocionalmente sana. El niño supo que ella lo amaba, lo quería mucho y que era importante para para ella. Con esta información, el niño construirá una imagen sólida, íntegra e inspiradora que le acompañara a lo largo de su vida.
¿Qué es una “madre ausente”?
Se cree que una “madre ausente” es aquella mujer que en primera instancia decide abandonar a su hijo sin mayor explicación. Y es peor cuando se le dice que se marchó por su culpa o se le hace creer en un ambiente negativo y con malas influencias.
Es “madre ausente” cuando tiene periodos prolongados de ausencia, como viajes de trabajo o diferentes motivos, y no los contrarresta. Y no hablamos de tapar ausencias con regalos, pues estos objetos solo hacen más grande la culpa y no los hacen sentir sinceros.
Otra característica es que son madres que no se vinculan emocionalmente con sus hijos. Cuando el lazo biológico no es suficiente para mantener interés por lo que hacen los niños, se les deja a la distancia, en medio de la frialdad de sus palabras y ni siquiera se tiene contacto físico que denote interés.
Una mamá ausente es también la mujer que vive distraída con otros asuntos. Esta es la más común y la más absurda de todas. Son las madres que “están pero no están” con sus pequeños. Son las que sí están físicamente, ahí, a un lado del niño, pero su mente está en otra cosa, como la televisión, el celular, la computadora o sus propios intereses. Ellas forman niños sin amor que buscan atención y son mucho menos disciplinados.
¿Qué tipo de alertas emite un niño que se siente abandonado?
Entre los principales síntomas que muestra un niño carente del amor de su madre están los problemas de sueño, para conciliar el sueño o tener un estímulo para despertarse, desordenes alimenticios, desesperación, distanciamiento, agresividad o mucha ira, tristeza, terror a que se le deje solo o se aparten de su lado sus cuidadores.
¿Cómo superar esta situación?
Si crees que eres una de estas “madres ausentes” que tiene este problema, lo primero es admitirlo. Es un gran paso para enmendar a tiempo los errores del pasado. Toma un tiempo para ver por qué te has ausentado de tu hijo y ve el origen de todo. Entre más profundo llegues en tu análisis, más decidida estarás a cambiar y mejorar tu relación.
Piensa que los niños necesitan saber el por qué suceden las cosas, y lo necesitan saber de boca de sus padres, porque buscan tener su lugar en la familia. Habla con tu pequeño y dile que se exprese contigo todo lo que siente. Perdónate y perdona tu vida, pues regularmente cuando una madre deja de atender a sus hijo quizá es porque a ella también se le dejó en el pasado.
Si una mujer toma conciencia de lo que está sucediendo, buscará llenar esos vacíos con perdón y alegría a lado de su familia, la que precisamente le hará tener el lugar que nunca debió dejar por ocuparse de otras cosas.