Los celos a papá, un sentimiento muy de niñas que forma parte de su crecimiento

La mejor fórmula para superar con éxito esta fase es comportarse y marcar los roles de cada uno: mamá y papá se quieren y la niña tiene su papel en esa familia

niña pequeña

Crédito: Pixabay

Es normal que para una niña pequeña, el primer amor de su vida sea su padre, ya que se trata de una relación afectiva sin igual que permite una conexión única al grado de despertar los primeros celos.

Si eres de esos papás a los que su hija le limita en todo, que no desea que nadie lo abrace e incluso si es hija única se atreve a decir que no quiere hermanos con los que tendría que compartirlo, debes saber que esa actitud es parte de su evolución afectiva y con el tiempo, todo estará de vuelta a su lugar.

Entre los dos y los tres años de edad, las niñas se convierten en pequeñas mujercitas y vuelcan en sus papás toda la atención y mimos, despreciando, en ocasiones, a mamá.

Lo importante es que en estos casos es entender que se trata de un proceso evolutivo normal, necesario, transitorio y que exige la madurez de los padres para resolverse con naturalidad, sin darle demasiada profundidad al asunto.

La mejor fórmula para superar con éxito esta fase es comportarse y marcar los roles de cada uno: mamá y papá se quieren y la niña tiene su papel en esa familia –el de hija–; dense el trato correspondiente a sus roles y todo se equilibrará.

Los errores más frecuentes de los papás en este caso son la excesiva preocupación, que puede llevar a que papá y mamá limiten sus expresiones de afecto hacia la pequeña, o el enfado de mamá cuando la hija prefiere jugar con él.

Y lo mejor de todo es que muchas mamás, que usualmente tienen un montón de trabajo en la casa, aprovechan este apego positivo para dedicarse a otra cosa. Es decir, mientras la pequeña juega con su papá, mamá tiene la oportunidad incluso de ir a descansar un rato sin preocupación alguna.

Expertos recomiendan que ante los celos de las niñas por su padre, nunca se debe generar disparidad de criterios entre los padres. No repartir los roles de ser “bueno” o “malo frente a la niña. No se debe permitir que la menor imponga sus exigencias, como “solo papá debe llevarme a dormir”, o “quiero bañarme solo con papá”.

Por último, para no afectar su matrimonio, los padres no deberán evitar sus muestras de cariño como un abrazo o un beso solo para “no lastimar” a la pequeña, de hecho es muy beneficioso para los pequeños ver el afecto que existe entre sus padres.

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