Recamareras regresan a trabajar a hoteles con pánico al coronavirus
Pelean porque reapertura sea bajo mayores estándares de seguridad para no contagiarse de la pandemia
Rosa Alemán, recamarera desde hace 20 años del hotel Beverly Hilton en Los Ángeles, reconoce que tiene miedo de regresar a trabajar.
“Tengo como pánico por el coronavirus. Los millonarios, dueños de los hoteles, nos quieren mandar a la guerra sin fusil ni bombas. ¡Tengan un poco de conciencia! Queremos protecciones para poder trabajar sin exponernos”, dice Rosa, madre soltera de 57 años de edad.
A partir del viernes 12 de junio, el condado de Los Ángeles dio luz verde para que los hoteles reabran al turismo, después de permanecer cerrados por casi tres meses y mandar a descansar a la mayoría del personal, debido a la pandemia.
Rosa dice que en su caso no le han pedido que regrese, pero ha escuchado que están llamando a los empleados de acuerdo a su antigüedad laboral. “Yo he podido sobrevivir estos meses por la ayuda del desempleo, pero me preocupa la apertura sin máscaras, guantes, desinfectantes y algo para protegernos los zapatos sobre todo porque hay hoteles que tuvieron gente con el virus”.
Confía que le preocupan sus compañeras que tienen condiciones crónicas de salud como cáncer, diabetes e insuficiencia renal.
“Quien debe establecer las reglas a seguir para trabajar en los hoteles es OSHA – la administración federal de Seguridad y Salud Ocupacional – no el condado de Los Ángeles”, opina.
Betzabe Alvarez lleva 15 años que trabaja en el hotel Double Tree de San Pedro. Se quedó sin empleo desde el 17 de marzo. Ella a diferencia de Rosa no califica para la ayuda para el desempleo.
“He podido sobrevivir con el poco de ahorro que tenía, el sindicato nos ha apoyado con comida, y las escuelas nos han dado tarjetas para comprar alimentos”, dice.
Y aunque reconoce que necesita trabajar para pagar la renta y las cuentas, de igual manera le preocupa la salud. “Quiero regresar con las herramientas que necesitamos para protegernos”, dice Betzabe de 44 años y madre de dos hijos de 11 y 17 años.
Acepta que se siente con mucho temor porque considera que el coronavirus es una enfermedad grave. “El hotel no da los materiales suficientes para nuestra seguridad. Eso nos expone al contagio del virus”.
Por ejemplo, menciona que los hoteles quieren que cada cuarto se limpie en media hora. “Nos quieren ver como una máquina cuando bajo el coronavirus se necesita más tiempo para limpiar una habitación”.
Además comenta que bajo las nuevas reglas, los cuartos no se limpiarán a diario si no hasta que el cliente se vaya. “Un cuarto que no se ha limpiado en días, requiere más trabajo y media hora es insuficiente”.
En promedio, cuenta que deben limpiar 22 cuartos ocupados y 13 vacantes por jornada de ocho horas.
“Debido al COVID-19 queremos normas fuertes para no contagiarnos. En el hotel donde yo trabajo tuvieron hospedados a muchos miembros de la Marina durante la pandemia, y algunos salieron contagiados”.
Lorena López, directora del Sindicato de Trabajadores de Hoteles y Restaurantes de Los Ángeles UNITE Here local 11, con 20,000 camareras miembros, dice que negocian normas más altas de limpieza que las dadas por el condado de Los Ángeles.
“Queremos que los dueños de hoteles pongan la salud por encima de sus ganancias. Las recamareras están ocho horas al dia, limpiando un cuarto tras otro”.
También negocian que les den aseguranza médica, beneficios y que no pierdan su señoría hasta por dos años.
“El departamento más grande de los hoteles son las recamareras, en su mayoría, latinas inmigrantes con entre 30 y 60 años de edad en promedio”, observa la líder.
Desafortunadamente, comenta que los trabajadores más vulnerables son aquellos que no están dentro de un sindicato y no tienen manera de defenderse. “Entre el 40 y 50% de los trabajadores en los hoteles no tienen un sindicato”.
Por ejemplo, dice que los empleados hoteleros sindicalizados han continuado con su aseguranza médica, aún sin trabajar durante los tres meses de cierre, y han logrado extenderla hasta agosto.
Explica que la situación es muy diferente para los empleados de los hoteles porque viven al día, mes por mes, y si no trabajan no pagan la renta; pero al mismo tiempo, les preocupa contraer el virus y exponer a sus familias.
“Nosotros como sindicato vamos a presionar por su seguridad y porque cambie la cultura en los hoteles. No hay duda que las corporaciones van a asegurar la venta de cuartos, pero depende de nosotros, que pongan la salud y el bienestar de los trabajadores antes de sus ganancia. Es la única manera de salvar las vidas de las comunidades vulnerables que no tienen voz”.
La líder sindical invitó a aquellos trabajadores de los hoteles que no sean parte de un sindicato a organizarse, llamándoles al: 213-481-8530 extensión 120.
Medidas establecidas por el condado de Los Ángeles para los hoteles:
- Empleados, incluyendo camareras deben usar mascarillas y evitar tocar las pertenencias de los huéspedes.
- Se revisarán los síntomas de los inquilinos, y a aquellos que los presenten, no se les permitirá hospedarse.
- Se establecerán estrictos protocolos de limpieza y lavandería para proteger al personal y a los huéspedes.
- Se removerán de los cuartos, revistar, menús y otros materiales reusables.
- Un cuarto deberá permanecer desocupado para su limpieza adecuada, entre 24 y 72 horas después de que un cliente sale.
- En el supuesto de un posible caso de coronavirus, se removerá el servicio y será puesto en cuarentena, y si resulta positivo, el cuarto solo se pondrá en servicio después de una limpieza profunda de acuerdo a las reglas del Centro de Control de Enfermedades.
- Los saunas, cuartos de vapor y jacuzzis permanecerán cerrados.
Otras acciones que tomarán algunos hoteles en sus áreas comunes son: señalamientos para recordar la distancia social entre clientes y empleados, instalación de desinfectantes para manos y barreras de material plástico traslúcido, entre otros. Tampoco habrá desayunos bufet.