La policía de Seattle desmantela la zona ocupada tras las protestas contra el racismo

La "zona autónoma de Capitol Hill" que surgió en Seattle durante las protestas por George Floyd fue desmantelada y hay varios arrestados

Protestas en Seattle

La policía arrestó a manifestantes que se opusieron a abandonar la zona "ocupada" en Seattle. Crédito: JASON REDMOND | AFP / Getty Images

SAN FRANCISCO – La Alcaldía de Seattle, en el estado de Washington, procedió este miércoles a desmantelar la bautizada como “zona autónoma de Capitol Hill”, ocupada por manifestantes desde hace semanas y donde no operaba la policía, una actuación que se saldó con decenas de detenidos.

La alcaldesa Jenny Durkan, del ala más progresista del Partido Demócrata y quien ordenó a la policía que se retirara de la zona a principios de junio, firmó la pasada madrugada una orden ejecutiva en la que mandó al cuerpo que regresara y retomara el control de Capitol Hill.

Así, más de un centenar de agentes antidisturbios fuertemente equipados con cascos y porras se adentraron en las calles que llevaban semanas sin pisar y donde en los últimos días se han registrado cuatro tiroteos en los que dos adolescentes afroamericanos han fallecido y otros varios han resultado heridos.

El regreso de las autoridades al céntrico barrio de Capitol Hill fue una operación liderada por la Policía local de Seattle, que contó con apoyo logístico del cuerpo policial de la vecina población de Bellevue y del Buró Federal de Investigaciones (FBI).

La mayoría de los manifestantes que todavía quedaban en la zona (muchos de ellos la habían abandonado en los últimos días) acataron las órdenes de los agentes y se marcharon, pero la Policía llevó a cabo varias decenas de detenciones de aquellos quienes se negaron a irse del lugar (a media mañana del miércoles, los arrestos superaban la treintena, según fuentes policiales).

Seattle, una ciudad de fuerte tradición contestataria y cuna del movimiento antiglobalización en la década de los 90, fue una de las urbes estadounidenses donde se vivieron con mayor intensidad las protestas contra la violencia policial y por la justicia racial posteriores a la muerte a finales de mayo del afroamericano George Floyd a manos de un agente blanco en Minneapolis (Minnesota).

La ciudad registró disturbios y duros enfrentamientos con la policía, especialmente en Capitol Hill, ante lo que la alcaldesa ordenó a la Policía abandonar la comisaría ubicada en ese barrio y retirarse, lo que permitió de facto la creación de la Zona Autónoma de Capitol Hill.

Sus defensores la tildaron de área libre del yugo y la violencia policial, mientras que sus detractores veían en ella una zona “brutal y sin ley”, como la describió la jefa de Policía de la ciudad, Carmen Best, u “ocupada por anarquistas”, como se refirió a ella el presidente Donald Trump.

Precisamente, Trump protagonizó varios encontronazos con la alcaldesa de la ciudad, quien a su vez recibía críticas de comerciantes y vecinos de la zona por haber permitido el establecimiento del área autónoma y haber llegado a pronosticar que en ella se podría vivir un “verano del amor”.

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