Almuerzos escolares en tiempos de pandemia

La información recabada por la Oficina del Censo determina la distribución de fondos para programas de nutrición

Los fondos nacionales para almuerzos escolares dependen del conteo del Censo.

Los fondos nacionales para almuerzos escolares dependen del conteo del Censo. Crédito: Archivo.

Desde el comienzo de la pandemia, y tras cerrar sus puertas físicas para evitar la propagación del COVID-19, las escuelas de California han distribuido millones de almuerzos a los estudiantes que tuvieron que finalizar el año lectivo online.

Ante los inesperados eventos, cada distrito escolar del estado apeló a diferentes métodos para hacer llegar el apoyo nutricional, conocido como “Grab and Go”, a los hogares de los estudiantes más necesitados y de bajos recursos.

El apoyo nutricional continua a lo largo del verano. En el caso de las escuelas de Los Ángeles, por ejemplo, las comidas se distribuyen de manera diaria; mientras que, en otros sitios, como por ejemplo el distrito de Oakland, lo hacen varios días a la semana, permitiendo que las familias recojan los alimentos con días de anticipación. Otros distritos escolares a lo largo del estado se han asociado con bancos de comida y otras organizaciones comunitarias para ofrecer ayuda nutricional, no solo a los estudiantes, sino también a sus familias.

El Programa Nacional de Almuerzos Escolares, así como otros programas federales de nutrición, depende de los fondos que se distribuyen basándose en la información de la Oficina del Censo. Según el Departamento de Agricultura (USDA), en 2016, más de 30.4 millones de niños recibieron almuerzos gratis o a bajo costo en las escuelas. El programa varía de escuela a escuela.

Otro programa basado en la información de la Oficina del Censo es SNAP, conocido anteriormente como Estampillas de Comida, que está coordinado por el Departamento de Agricultura. Dicho programa recibe alrededor de 71,000 millones de dólares en fondos federales. Otros programas federales incluyen el Programa nacional de desayunos escolares (NSBP), así como los programas de almuerzo para personas mayores de 65 años y la distribución de alimentos a individuos con discapacidades.

Programas federales como estos dependen de los datos recabados por la Oficina del Censo cada 10 años. Cuando California, como cualquier otro estado, no cuenta a todos sus habitantes corre el riesgo de perder dichos fondos. El conteo de 2020 continúa, a pesar de la pandemia y de los protocolos de seguridad y distanciamiento social.

Hasta el jueves 23 de julio, un 63.5 por ciento de los californianos había respondido al cuestionario del Censo, ya sea por teléfono, correo electrónico o internet.

Los niños tuvieron que terminar su ciclo electivo online por la pandemia.

Población difícil de contar

A pesar de los muchos beneficios para los niños, derivados de participar en el conteo del Censo, los menores representan una de las poblaciones difíciles de contar. Cuando madres y padres excluyen la información de sus hijos en el cuestionario, estos no son tenidos en cuenta por los próximos 10 años, cuando se realice el próximo conteo. Al no ser contados, el gobierno federal no considera a estos niños a la hora de planear la distribución de fondos para programas que de otro modo los beneficiaría.

Según información de la Oficina del Censo, los motivos más comunes por los cuales madres y padres no incluyen a sus hijos más pequeños en el conteo nacional son los siguientes:

  1.  Niños que viven en más de un hogar. Este es el caso de hijos de padres separados que alternan su custodia, o de menores que viven con sus abuelos u otros parientes. En el caso de que el niño pase más tiempo en una de las viviendas, deberá ser incluido en el conteo de dicho hogar. Si el menor pasa la misma cantidad de tiempo en ambos hogares, debe ser contado en la vivienda donde estuvo el 1 de abril de este año.
  2.  Niños en hogares pobres y de bajos recursos. Las familias en esta situación deben recordar que la adjudicación de $675,000 millones de dólares en fondos locales para programas de estampillas de comida (Supplemental Nutritional Assistance Program, o SNAP; programas de almuerzos escolares (National School Lunch Program) y el programa de seguro de salud (CHIP) dependen del conteo exacto de los niños. Cuando los menores no son considerados corren el riesgo de perder dichos programas.
  3.  Hijos de madres y padres jóvenes, o hijos de madres solteras. Hay quienes creen que responder a las preguntas del Censo toma demasiado tiempo, cuando en realidad no es así. Madres y padres deben saber que el cuestionario sólo toma 10 minutos para completar. Aquellos que responden de inmediato ya sea por correo o por la internet, no recibirán la visita de encuestadores en su vivienda.
  4.  Bebés recién nacidos. Madres y padres deben incluir a los más pequeños, incluso a los recién nacidos. La información recabada será vigente por una década y de no ser incluidos, los niños perderán representación hasta 2030, cuando ya tengan 10 años de edad.

En Detalle

  • Según información de la Oficina del Censo, de los 13.8 millones de hogares que reciben SNAP, 6.7 millones tienen un niño menor de 18 años y 6.4 millones de hogares tienen a alguien con desafíos físicos o mentales.
  • En 2018, el 18 por ciento de todos los hogares con niños menores de 18 años recibía ayuda nutricional de SNAP
  • Los estudiantes que califican para SNAP también reciben almuerzos escolares gratuitos o a bajo costo.

Para participar en el conteo, o para obtener más información, puedes visitar el sitio en español https://2020census.gov/es. También puedes llamar a la línea en español: 844-468-2020.

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